La vida de la señora Lilibeth Pastora Quero cambió para siempre, cuando la violencia le arrebató a su hija de cinco años en una balacera registrada hace dos años en el Barrio Santo Domingo.
El dolor de perder a su pequeña niña no ha cesado pues el autor material del hecho se encuentra libre, caminando por la calle, a pesar de tener una orden de captura.
Desesperada por esta situación, la afligida madre visitó la sede de este rotativo, para hacer pública su denuncia ante lo que considera una falla inadmisible de parte de las autoridades.
“Mi hija se llamaba Anyelimar Alexandra, tenía cinco años cuando la mataron. Eso fue en el Barrio Santo Domingo, ella estaba jugando, cuando de repente en la calle se formó una pelea. Un hombre, plenamente identificado, sacó un arma y comenzó alegremente a disparar”.
Desafortunadamente, una de las balas alcanzó la humanidad de la pequeña niña, quien de inmediato quedó tendida en el pavimento mientras el asesino huía del lugar.
“Ese señor tiene una orden de captura pero nadie hace cumplir la ley. Tiene mucho dinero, es dueño de un Mercal y por eso hace lo que quiere con las autoridades”.
Explicó Quero que la niña no recibió la asistencia médica adecuada en el Hospital Pediátrico Agustín Zubillaga, y murió antes de que pudiera practicarse una intervención quirúrgica. “Mi hija habló conmigo durante toda la noche, y los doctores dijeron que estaba fuera de peligro. Al día siguiente murió”.
Con lágrimas en sus ojos, Lilibeth Quero exigió justicia por la muerte de su pequeña niña y cárcel para el culpable.
“El caso se encuentra en la Fiscalía Nº20 y sólo dicen que debo esperar por la captura. No hay una respuesta efectiva de ningún cuerpo de seguridad”.
La madre recuerda a su hija como una pequeña sonriente, extrovertida, con ganas de vivir. “Apenas iba a cursar el primer grado”, dijo.
No se explica cómo una persona puede asesinar a alguien tan inocente, y no asumir su responsabilidad ante la ley.
En este sentido, le corresponde a las autoridades ofrecer una respuesta inmediata a los cuestionamientos de la agraviada, en aras de que la impunidad no siga ganando terreno en Lara.
