¿Venezolanos sin pecados?

Me gustaría referirme a varios de los temas abordados por el papa Francisco en su reciente viaje a Brasil. Pero es imposible en este espacio y, además, porque para los venezolanos el tema más comentado de la visita papal a Brasil, es el de la supuesta o real declaración de Francisco a una joven venezolana de 21 años de edad que se confesó con él, de nombre Estefani, según la cual los “venezolanos no tienen pecados”, palabras textuales según la afortunada compatriota. Digo afortunada porque ella fue seleccionada previamente y seguramente entre muchos jóvenes, para que el Santo Padre oyera su confesión. No es poca cosa confesarse con el Papa. Parece que entre los varios jóvenes que el Papa confesó, sólo Estefani, oriunda de La Guaira, hablaba español, lengua nativa también, como sabemos, de Su Santidad, por lo que la conversación-confesión debió ser entonces muy fluida y sin lugar a malos entendidos. Estefani oyó muy claramente que el Papa le dijo “los venezolanos no tienen pecados” y ella, muy contenta, lo contó.
¿Qué quiso decir el Santo Padre? A ciencia cierta me parece que nunca lo sabremos. Sólo él podría explicarlo. El pecado es un acto contrario a la voluntad de Dios, de responsabilidad muy personal, aunque se pueden concertar varias personas para pecar, pero aun así, la responsabilidad sigue siendo personal. Es muy difícil entonces afirmar que los integrantes de tal o cual país, o de tal grupo, o de tal etnia o de tal profesión no tienen pecados. Con la fama que tenemos los abogados, por ejemplo, decir algo como eso sería temerario. Por lo tanto no se puede generalizar. Entonces qué quiso decir el Papa, cómo interpretar su afirmación. Este diario EL IMPULSO se hizo esa misma pregunta el sábado pasado en la mancheta. Como no sabemos exactamente qué quiso decir, me voy a atrever a dar mi interpretación muy personal y, desde luego, sujeta a todos los cuestionamientos y discusiones.
Me parece que el Papa tiene una información muy clara y detallada del sufrimiento al que hemos estado sometido los venezolanos desde hace ya más de 14 años. El Papa es latinoamericano, nativo de un país cuyos gobernantes actuales son muy cercanos al régimen venezolano, que practican acciones ideologizantes, hegemónicas y de corrupciónexactamente iguales, y hasta en complicidad, a las practicadas por el régimen venezolano.
El Papa ha sido arzobispo de Buenos Aires, donde sufrió los desplantes más grandes del régimen argentino (que después de la elección a Papa del cardenal Bergoglio, Cristina trata de enmendar), iguales también a los que les aplica el régimen venezolano a los prelados de la iglesia venezolana. El Papa fue integrante de la Celam y conoce muy bien a los arzobispos y obispos venezolanos, quienes le habrán informado de la persecución a la que ha sido sometida la Iglesia y toda la disidencia política venezolanadurante estos 14 años.El antiguo cardenal Bergoglio debe ser amigo del cardenal Urosa y debió ser amigo del cardenal Castillo Lara y del cardenal Ignacio Velasco, es jesuita como los padres Ugalde y Virtuoso de la UCAB, por lo que está muy bien informado de las agresiones e insultos sufridos por ellos provenientes del régimen chavista.
Por supuesto el Papa conoce de la violación de los derechos humanos ocurrida durante estos 14 años en Venezuela. Conoce de la sumisión del gobierno venezolano a la dictadura comunista de Fidel y Raúl Castro. El Papa conoce del caso de los presos políticos y de los venezolanos exiliados. Conoce de la delincuencia desatada y probablemente promovida por el régimen chavista. El Papa conoce del cerco económico sufrido por la educación católica de los sectores populares porque el régimen la quiere acabar. En fin, el Papa sabe de la tragedia que vive Venezuela desde hace más de 14 años. El Papa sabe lo que hemos sufrido y lo que hemos luchado.
El papa Francisco sabe que hemos vivido un calvario insoportable. De acuerdo a la fe católica el sufrimiento llevado con paciencia y ofrendado a Dios, tiene un enorme efecto reparador, convierte al ser humano en corredentor con Jesucristo, purifica el alma y santifica. Creo que el Papa  ha reconocido en su declaración,  el nivel de santificación que hemos alcanzado los venezolanos por haber soportado la peor tragedia vivida por este pueblo en toda su historia. Todo sufrimiento tiene, además del efecto corredentor, un efecto pedagógico importante, enseñar a no cometer los errores que en el pasado se cometieron, es lo que se llama  propósito de enmienda. Tiene razón el papa Francisco, a los venezolanos el sufrimiento inmenso que hemos padecido estos 14 años, nos debe haber borrado todos nuestros pecados.