El pasado mes de junio Samsung anunció un teléfono dentro de la gama S4 resistente al agua, el S4 Activ. El celular cuenta con certificación IP67, lo que significa que puede sumergirse hasta un metro durante 30 minutos siempre que el usuario tome la precaución de sellar los puertos de conexión.
No es el único dispositivo capaz de hacerlo. Sony tiene varias tabletas y teléfonos dentro de la gama Xperia con la misma certificación. Al día de hoy es relativamente fácil crear un celular capaz de resistir pequeños chapuzones. No hacen falta materiales especiales ni que el dispositivo crezca mucho en tamaño o peso. Una película protectora sobre los elementos electrónicos, una pestaña de plástico para sellar los puertos… listo.
Pero a pesar de que es relativamente sencillo y no sube mucho el coste de fabricación la gran mayoría de los fabricantes se mantiene alejado de esta categoría. ¿El motivo? La garantía se vuelve extremadamente complicada.
Con los teléfonos «normales» no hay problema. Es un todo o nada. Si los marcadores de humedad que hay en el interior se han activado es muy probable que se haya sumergido, por tanto la garantía no cubre la reparación. Es falta del usuario.
Con un dispositivo sumergible, en cambio, no hay forma de saber si un teléfono se ha estropeado por defecto de fabricación o por descuido del usuario. ¿Se sumergió a dos o tres metros? ¿Lo dejó más de 30 minutos sumergido? ¿Tomó el usuario la precaución de comprobar la fijación de la tapa de batería o el sellado de los puertos? Quién sabe. Incluso aunque los marcadores se han adaptado para sólo activarse pasados más de 30 minutos bajo el agua, hay muchas variables que pueden afectar al proceso de detección.
Esto produce situaciones curiosas, como que la garantía actual del S4 Activ recoja este párrafo:
Esta Garantía no cubre: (a) defectos o daños resultantes de accidente, mal uso, uso anormal, almacenamiento incorrecto, exposición a líquidos, humedad, suciedad, arena, polvo o estrés inusual físico, eléctrico o mecánico[…].
Que es justo lo contrario a lo publicitado a la hora de presentar el terminal (resistente a polvo, líquidos e inmersiones) y lo anunciado en los diferentes materiales promocionales. El absurdo llega hasta el punto de que el Activ tiene un modo de «fotografía acuática» entre las opciones de cámara.
Según comentan responsables de Samsung en esta entrada de Xataka, están actualizando la garantía para reflejar condiciones diferentes, probablemente más en línea con las de Sony en sus Xperia, pero incluso las condiciones de Sony resultan vagas en los términos usados.
Como los celulares sumergibles no tienen una gran cuota de mercado los casos de avería son pocos y pueden gestionarse uno a uno -negociando con el cliente-, pero imaginemos un Galaxy S4 normal o un iPhone y el caos que generaría en el servicio postventa de Samsung o Apple cada verano.
¿Qué será lo más probable de cara al futuro? La sospecha es que poco a poco los dispositivoss se volverán más resistentes a los elementos pero que la mayoría de las compañías no lo publicitará, salvo en modelos muy concretos.
Foto: Archivo