La petrolera estatal de Venezuela unirá fuerzas con empresas locales de bienes y servicios para que la ayuden a impulsar su aletargada extracción en yacimientos como la Faja del Orinoco, en un inesperado acercamiento al sector privado doméstico.
Unas 850 compañías fueron convocadas para crear un conglomerado que a partir de septiembre prestará servicios a Petróleos de Venezuela (PDVSA), dijo el miércoles el ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez.
Con esta medida el Gobierno abrirá el juego en el sector petrolero después de más de una década de tensas relaciones, nacionalizaciones de empresas y politización del negocio energético, donde hasta ahora participaban a gran escala firmas extranjeras en emprendimientos mixtos.
«Esta empresa (PDVSA) y todas las empresas petroleras en el país, deben poder establecer una capacidad de producción de 4 millones de barriles diarios para el 2014 y de 6 millones de barriles en 2016», dijo Ramírez, también presidente de PDVSA.
«Hemos convocado al sector proveedor de bienes y servicios nacional a que nos acompañe a este esfuerzo», sostuvo.
Venezuela está sentada sobre el mayor reservorio de petróleo del mundo, la Faja del Orinoco, pero busca desde hace varios años aumentar su capacidad de extracción. Para ello ha tenido que hacer inversiones multimillonarias, lidiar con deudas de proveedores y paradas programadas o fortuitas en sus refinerías.
«Ahora tenemos el camino libre», consideró Ramírez en un encuentro con periodistas.
El ministro adelantó que se facilitaría a las empresas que integren el conglomerado el acceso a divisas, que provendrían de los fondos de efectivo de PDVSA, en medio del estricto control de cambios que rige en Venezuela.
Ramírez dijo que la meta de producción para fines de este año es de 3,3 millones de barriles por día (bpd), un incremento desde los 3 millones de bpd actuales, y detalló que las exportaciones petroleras retrocedieron un poco frente al año pasado a unos 2,5 millones de barriles diarios.
Nuevo financiamiento
Los ingresos de PDVSA hasta junio fueron de 60.612 millones de dólares. Dada la expectativa de mejores precios en el segundo semestre, se anticipa un cierre anual similar al del año pasado, cuando los ingresos fueron de casi 125.000 millones de dólares.
Una entrega parcial de los estados financieros semestrales de PDVSA sin auditar, mostró que su deuda financiera se redujo a 34.446 millones de dólares desde los 40.026 millones del 2012. Y los pasivos con proveedores bajaron a 12.482 millones desde los 16.475 millones de fines del 2012.
En lo que va del año, la petrolera amarró créditos por 9.000 millones de dólares con empresas extranjeras que darán capital fresco para invertir en momentos de un ajustado flujo de caja.
Este año PDVSA invertirá un récord de 25.000 millones de dólares buscando lograr un alza de su bombeo, especialmente de seis nuevos emprendimientos en la Faja del Orinoco.
La gigante estatal también está negociando un nuevo préstamo con la pequeña petrolera privada venezolana Suelopetrol y otro con la española Repsol de 1.200 millones de euros.
Ramírez reiteró que Venezuela se prepara para contratar en septiembre un nuevo crédito con China por 5.000 millones de dólares, que se sumará a un mecanismo de financiamiento que ya acumula 36.000 millones de dólares y que está envuelto en una investigación tras un millonario desfalco.
El funcionario aseguró que ya se han cancelado 19.172 millones de dólares de los compromisos del Fondo Chino, que se pagan con envíos de crudo. Venezuela embarca hacia la potencia asiática unos 535.000 barriles diarios de crudo, de los cuales un promedio de 310.000 son para descontar la deuda.
Ramírez descartó que PDVSA vaya a destinar parte de sus inversiones a emprendimientos de exploración para competir con las crecientes ventas de crudo de esquistos, o shale oil.
«El shale oil ahora no nos afecta, ni nos preocupa», apuntó Ramírez, quien aseguró que se estima que Venezuela tiene unas reservas de 13.000 millones de barriles de shale oil y que ahora la prioridad es invertir en la Faja del Orinoco 285.000 millones de dólares.
Tampoco se mostró preocupado por una eventual caída más profunda de los precios internacionales del crudo ante el aumento de la oferta mundial y que la OPEP cree que 100 dólares por barril es un buen piso.
«En las últimas reuniones de la OPEP este tema ya ni se discute. Todo el mundo está de acuerdo», aseguró.