La obra Simone, del escritor puertorriqueño Eduardo Lalo, fue la ganadora de la XVIII Edición del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, por decisión unánime del jurado. El escritor ofreció una rueda de prensa el día de ayer en el Celarg, donde expresó la satisfacción del reconocimiento.
Estará en el país hasta el día sábado, donde tiene varias actividades programadas en la ciudad capital. EL IMPULSO conversó con el galardonado, quien manifestó que este premio permite que los ojos de los venezolanos ahora se centren en ellos (los puertorriqueños).
“La novela Simone lo que trata es de la pasión que los libros y la cultura le dan a estos personajes, quienes viven en condiciones muy precarias, de aislamiento y dificultad de vida. Cada uno a su manera en San Juan, en la capital de mi país, Puerto Rico. El encuentro con la cultura, con la literatura y los libros los hace sobrevivir a esa precariedad en la que viven. La novela es una exploración de eso, y de muchas otras cosas”, explicó el escritor.
-¿En cuánto tiempo estuvo lista?
-La empecé a escribir hace años, justo después de una novela mía publicada, que ahora va a volver aparecer en Argentina, se llama la Inutilidad, pero se me metieron varios libros en el medio, como tres o cuatro de los últimos míos publicados, que interrumpieron la escritura de Simone. Pero llegó el momento en que tuve que decirme que tenía que terminarla, porque iba a morir, porque los libros para un escritor tienen un tiempo, aunque estén bien, pero uno se desentiende de ellos. Ya en el último momento me dije que tenía que procurar terminarla, y así fue.
-Con nueve libros publicados, ¿había participado en otros concursos?
-Usualmente yo no participo en concursos, pero sí gané en el 2006, me parece, en el Premio de Ensayo Juan Gil Albert, Valencia, España, que es uno de los premios institucionales más importantes del país. Fue por un libro de ensayos que se titula Los Países Invisibles.
-¿Hacia dónde se inclina su literaria?
-La novela no es lo más característico de mi trabajo. Mis libros son híbridos, un intento de redefinir un poco la forma del libro. Tres de ellos son ensayos fotográficos, porque yo también soy un artista visual. Hay uno de ellos, Los Pies de San Juan, que tiene grabados, dibujos y fotografías, donde el diseño del libro tiene un tanto que ver con texto e imagen. Es una reformulación de lo que es un libro porque tiene elementos visuales, de diseño y un texto, el cual se sostiene por sí solo, pero la imagen no es una ilustración del texto, es otro elemento más que funciona como un canal paralelo en el libro. Esos libros han tenido cierta notoriedad, pero no viajan a otros países, difícilmente nosotros recibimos libros venezolanos y ustedes pocos puertorriqueños. El Rómulo Gallegos es una oportunidad de romper esa dificultad del cruce de fronteras.
-¿Qué significa haber ganado este premio?
-En mi tiempo personal, no he podido aquilatar lo que representa para mí, porque en estas seis semanas he estado haciendo entrevistas, reaccionado a lo que alguien me pregunta y han sido incontables las declaraciones. Este premio representa un reconocimiento que rebasa por mucho mi trabajo y mi persona. Un reconocimiento también a toda una literatura puertorriqueña que muchas veces ha estado muy aislada, y que por medio de esto, se hace presente. Yo no salgo de la nada, salgo de un país, una literatura, y por medio de este reconocimiento, recae también sobre muchos autores, sobre dos siglos de lucha del escritor y escritora puertorriqueña por crear una obra.
-¿Cómo influye el hecho de ser el ganador?
-Indudable que ahora recae sobre mí una aura de reconocimiento que hace que se me pida hablar. Yo soy la misma persona que antes del premio. Quizás la diferencia es que tengo ahora la posibilidad de hablar y que se me escuche. Mi propósito ha sido, sobre todo en mi país, no decir palabras vacías, quiero decir palabras llenas, pueden ser equivocadas, pero llenas; y que esto sirva para cuestionar, señalar con el dedo, a ciertas prácticas culturales, políticas o sociales, las que fueran, para que se reformulen, o por lo menos miren de otra manera.
¿Qué le preocupa y desea contar en sus libros?
“Es difícil decir eso. La literatura, tal como yo la veo, es un intento de entender y expresar la condición humana.
Entonces la literatura explora usualmente los aspectos más terribles de la condición humana, porque son los que vivimos todos. En ese sentido, igual que los personajes de mi novela, es una forma de tratar de sobrevivir a situaciones personales, sociales, políticas, etc., que nos afectan, limitan y maltratan. Explorar eso por medio de la literatura brinda cierto consuelo al escritor y al lector, esa es la conexión que pueden sentir muchos lectores con mi trabajo, hay algo ahí con lo cual se pueden identificar. Es el reconocimiento del dolor humano, un acto de unión por medio de la lectura a estos seres que no se van a encontrar, el autor y el lector.