A todo el que se desplaza por la carretera hacia el noroeste del estado Lara, a la parroquia Águedo Felipe Alvarado, o el municipio Urdaneta, le llama la atención una estructura industrial ubicada al lado oeste de la vía, poco antes de entrar a Bobare, y lógicamente se hará preguntas.
¿Cómo es posible que una empresa de esas magnitudes se encuentre inactiva cuando en el país y en esa zona existen tantos padres de familias con dificultades para llevar los alimentos a sus casas por falta de fuentes de empleos?, es una de ellas.
Pero al leer una valla ubicada al lado de lo que fue un portón principal, podría pensar que muy pronto será activada.
En ella se puede leer: “Pronto, Empresa Agroindustrial Socialista Fabricio Ojeda, garantizando la soberanía alimentaria y material para la construcción de viviendas dignas para el pueblo”.
Pero como puede detectarse más cerca, la valla ya está perdiendo su color por el tiempo que lleva colocada allí.
Luis Alfredo Gil, conocedor de todo lo que tiene que ver con Bobare y la parroquia Águedo Felipe Alvarado en general, fue consultado sobre la abandonada empresa.
Explicó que esa era una fábrica de tejas, baldosas y otros productos para la industria de la construcción, que hace unos diez años paralizó sus actividades por causas no precisadas.
De esa empresa de Bobare salían continuamente camiones y gandolas cargadas de tejas, baldosas y otros productos hacia diferentes ciudades del país, incluso hacia el exterior.
Allí ganaban el sustento para sus familias unos cien obreros que debieron recurrir a otras alternativas, entre ellas el campo.
Hace algunos años se informó que el Gobierno Nacional, a través de PDVSA, había adquirido las instalaciones para convertirlas en una empresa socialista.
Lamentablemente lo único que han hecho hasta ahora es colocar la valla pues los portones continúan cerrados y de la “Empresa Agroindustrial Socialista Fabricio Ojeda” no se ha vuelto a saber más nada.
De vez en cuando antiguos trabajadores de la fábrica se acercan a lo que fue su fuente de ingresos con la esperanza de hallar alguna información positiva pero deben retirarse frustrados pues, a excepción de un perro, allí no hay nadie.
Siguen esperando su reactivación para beneficio de Bobare que tanto requiere de fuentes de trabajo.