Barquisimeto es una ciudad hermosa y llena de cultura, pero sus paredes, sitios de recreación deportiva y cultural, enrejados, comercios o suelos, se las han visto con el “arte” del grafitero, que se ha apoderado de cualquier espacio público para hacer de las suyas. Muchos de estos «grafitis» se caracterizan por ser de connotación política, siendo solo mensajes los que aparecen en sus paredes.
Los grafitis son el resultado de pintar textos abstractos en las paredes de manera libre, creativa e ilimitada, con fines de expresión y divulgación. Su esencia es cambiar y evolucionar, buscando ser un atractivo visual y con un alto impacto, como parte de un movimiento urbano revolucionario y rebelde; por lo tanto, una pintada política no se considera un grafiti como tal.
Al caminar por las calles se ve el deterioro en el que se encuentran algunos sitios de interés, sean públicos o privados. Incluso se puede detallar cómo las pinturas con el paso del tiempo se van acumulando en las fachadas, dando un aspecto de dañado o sucio.
Si bien muchas veces este tipo de técnica se usa para adornar espacios urbanos con mensajes de reflexión o «acciones poéticas», este no es el caso del casco urbano, donde las consignas políticas resaltan en las paredes de la zona cultural.
Por estas razones se han visto afectados lugares como la casa parroquial de la iglesia La Concepción, el Edificio Nacional y el Cuartel General Jacinto Lara, donde se encuentran ubicados la sede de Decanato Experimental de Humanidades y Artes de la UCLA y organismos municipales como el IMCA (Instituto Municipal de Cultura y Arte).
Orlando Rivas, urbanista, piensa que faltan plataformas de expresión, donde las personas civiles puedan descargar su pensamientos sin necesidad de dañar o ensuciar las paredes o zonas urbanísticas.
“En Venezuela nunca se ha trabajado la belleza como una cualidad. Es algo que no se nos ha enseñado. La falta de formación en cuanto a la belleza arquitectónica y urbanística es notoria”
Expresa que es necesario que existan más lugares donde se puedan manifestar o educar a las personas dedicadas al arte de calle (steet art) sobre la conciencia ciudadana y el cuidado de las zonas urbanísticas.
“La solución no es erradicar, sino covertirlo en algo que pueda servir para el embellecimiento de la ciudad”
En algunas ciudades del mundo el arte callejero se usa como parte importante de los centros culturales y algunas veces urbanísticos, dando a conocer parte de la historia del lugar, honrando la memoria de alguien de importancia.
“Necesitamos ser un país donde se aprecie el arte como medio de expresión, donde sepamos valorarlo y darle la debida importancia que se merece”
Como reflexión, Rivas expresó la necesidad de programas como el Festival de Murales, organizado por el Instituto de la Juventud del estado Lara “deberían hacerse con más frecuencia, para que las personas puedan drenar toda su creatividad en algo productivo que ayude a mejorar la ciudad”
Graffiteros profesionales
En el mundo existen profesionales del street art (arte de calle). Nombres como Banksy o Blek Le Rat, son de gran importancia en ciudades como Inglaterra o Francia, a pesar de ser extremadamente criticados, debido que para muchos su arte es solo vandalismo.
Sin embargo, en ciudades del exterior se conoce al grafiti como un modo de arte, donde se estudian técnicas, formas y conceptos.
Ciudades como París, han visto adornada sus calles y museos con colecciones de arte callejera.
Blek Le Rat, por ejemplo, estudio en la Escuela de Bellas Artes, poco después de aprender la técnica de “pochoir” (plantilla), decidió plasmar sus obras en las paredes de París. Tiempo después hace una exposición en el centro Georges Pompidou, una de las galerías de arte más famosas del mundo.
Banksy en cambio, ha dedicado su vida a expresar su arte en diversas partes del mundo. También ha realizado libros, exposiciones y graffitis temáticos a diversas organizaciones, entre ellas Greenpeace, o empresas como MTV y Puma