Para Rossana Hernández actuar es como respirar. Luego de estar en una versión intensa de Macbeth del Teatro Contrajuego, donde la acción se desarrolla en una morgue, pasó al drama sobre la violencia en Jazmines en Lídice y en la tragicomedia Saverio, el cruel.
Lo interesante es que ambas son seguidas y en distintas salas, por lo que la corredera es inevitable. Es egresada de la Universidad Nacional de las Artes, mención actuación, con el grado honorífico Cum Laude y del Taller Nacional de Teatro de la Fundación Rajatabla y de los talleres de formación de Hebu Teatro y del Teatro del Contrajuego. En general, lleva más de treinta piezas actuadas
-Participas en dos obras corridas. ¿Cómo hace para desconectarse rápido de un papel para poder entrar a otro?
-Afortunadamente los dos personajes son muy distintos entre sí, en el caso de Saverio el cruel, ya llevaba mucho trabajo adelantado y estaba prácticamente listo. Cuando arrancamos con Jazmines en el Lídice, por lo que no fue tan complicado llevar los dos personajes. En realidad, creo que para mí el secreto está en ubicarse en las circunstancias del personaje, ahí tengo mi ancla… Por otro lado, una vez que subo al taxi que me lleva de un teatro al otro, me voy cambiando el maquillaje, haciéndome rulos y de ser una mujer del Lídice sensata y echada pa’lante, paso a una muchacha caprichosa y bastante loca… Cuando llego a La caja de fósforos soy otra… Es una especie de juego muy, muy serio….
-¿La dirección y la escritura están entre sus metas en el teatro?
-En los últimos años he tomando clases de dirección, al principio, como una manera ver el teatro desde otra perspectiva pero, para mi sorpresa, aquello también me cautivó y sí, definitivamente quiero dirigir. Tengo un proyecto bajo el brazo que espero se concrete. Con respecto a la escritura, aún no me atrevo y sinceramente no sé si se me dé. Confieso que le tengo un poco de respeto, no es algo que comprenda…. Hablo mucho, ¿será por eso?
-¿Ser docente te ayuda a crecer como histriona?
-En la poca experiencia que he tenido puedo asegurarte que sí, mientras crees que enseñas, de hecho estás aprendiendo. Sobre todo en el caso de la actuación, estar al frente de una clase te nutre porque es un proceso tan particular en cada individuo. No existe una regla exacta. Es como la vida y es desde la vida que enriqueces tu trabajo actoral.
-¿Cómo ve el panorama actual del teatro venezolano en todo el país?
-¡Es un momento interesante! Difícil porque no hay apoyo ni desde el Estado, ni desde la empresa privada. Sí se abrieron nuevos espacios, se compran funciones para uno o dos fines de semana. Sin embargo, esto no permite un verdadero crecimiento de una agrupación teatral. Lo que se percibe económicamente es insuficiente. Los grupos crean proyectos que se puedan llevar a estos teatros con la idea de vender funciones, es como una especie de teatro express. Confieso no conocer a fondo la situación en el resto del país, pero no es difícil imaginar cómo puede ser, tomando como referencia la odisea de hacer teatro en Caracas, siendo la capital. A pesar de este panorama, hay gente que no se rinde, que se niega a desaparecer, desde varios puntos se están haciendo cosas interesantes, muchos jóvenes están abriéndose camino, creando su propio espacio, apoyándose entre ellos para sacar adelante sus proyectos y en cartelera hemos tenido recientemente a Shakespeare, Ibsen, Arlt, sin olvidar a los autores nacionales como Cabrujas, Rengifo, Palencia, Valecillos, etc. La sala La caja de fósforos es un buen ejemplo, allí conviven varias agrupaciones con una idea de investigación, de exploración… hay teatro para rato porque hay muchas ganas!
-Cuéntanos de sus venideros proyectos…
-La temporada de Saverio el cruel, será hasta principios de agosto y Jazmines en el Lídice, continuará hasta mediados de septiembre. Hoy precisamente comencé la lectura de mi próxima obra La celebración con Hebu Teatro, basada en la película Festen de Thomas Vinterberg y será dirigida por Diana Volpe. Estrenaremos a finales de septiembre. Tengo en pie un proyecto en cine con la gente de Tumbarrancho Films. Y bueno, mucho camino que recorrer con Deus Ex Machina, agrupación de la cual formo parte junto a Gabriel Agüero y Elvis Chaveinte… mientras lo expreso, me doy cuenta de lo afortunada que soy… ¿Qué más se puede pedir de la vida? Dar gracias y continuar…
– ¿Algún papel que le gustaría interpretar en su carrera?
– Es raro, pero no sueño con ninguno, son muchos los personajes que me gustan pero nunca me planteo alguno hasta que nace la posibilidad de hacerlo. Ahí comienza la obsesión… lo que sí puedo asegurar, es que quiero hacer todo tipo de personajes, de los más variados, eso sí que me quita el sueño.
-Con varios años de carrera, ¿cómo mantiene ese espíritu activo?
-Las ganas siempre están cuando amas profundamente lo que haces, sea lo que sea. Sonará cliché pero es la única manera que el trabajo sea atractivo y estimulante y que no importen los sacrificios…
