Caminito que un día – El otro Barquisimeto del Dr. Pascual Venegas Filardo (5)

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58. Al caer la tarde, o también podía ser al amanecer, se oía  cuando todavía estaban por Las Cojobas, el sonido de un caracol que anunciaba la llegada de algún convoy  de carretas viviendo de los llanos. Los muchachos se iban al final Este de la calle Comercio para ver la luz del pequeño farol que colgaba de la primera carreta. “El caracol” era hábilmente modulado entonando una especie de diana llanera que alcanzaba a oírse hasta varios kilómetros en el silencio rural de la mañana o de la vespertina.
59. El 19 de diciembre se festejaba como el día del gomecismo pues, en tal fecha Juan Vicente Gómez asumió el poder, luego de darle un golpe al presidente Cipriano Castro. Ese día la calle Comercio se llenaba de banderas francesas alternando con las de Venezuela, ya que el Líbano, de donde eran originarios muchos de los comerciantes de esas calles, estaba bajo el “protectorado” del país galo. Exceptuando pulperías y botiquines, todos los establecimientos comerciales permanecían cerrados.
60. Por los días de fiesta Barquisimeto recibía la visita de diversos conjuntos musicales que venían  de Loma de León, Cerritos Blancos, Santa Rosa, El Garabatal, Moyetones. Estos conjuntos estaban compuestos por dos bandolinistas,  un intérprete de bandola, uno o dos cuatristas, un tamborero  y un maraquero. A veces había un cinco.
61. Pablera era pequeño de estatura, de piel clara, de unos cuarenta años tocaba cuatro o bandola cuya música acompañaba con silbidos. Le había agregado una sinfonía u ocarina al cuatro y con aquella acompañaba a la música del cuatro. Usaba alpargata y sombrero de cogollo… “comenzaba a tocar en el zaguán de las casas, si no se le atendía pronto, penetraba, al interior y no era extraño verle llegar hasta la cocina, siempre silbando y tocando”.
62. Los centenares de niños, jóvenes y adultos,  en escuelas académicas, conjuntos o espontáneos, dedicados a la música en Lara, dice Venegas, son herederos de Franco Medina, Hildebrando Rodríguez, Rafael Salas, Antonio Carrillo, Pompeyo Rivero, Napoleón Lucena, Virgilio Soteldo, padre e hijo, Omar Soteldo, Cecilio Acosta Gadea, Hermelindo Oberto, Emma Silveira, Pastora Gómez, Petrica Saldivia, José Antonio Montes, Miguel Viscaya, Ángel María Abarca…
63. Famosos intérpretes de cuatro fueron Rafael López, Evangelista Rodríguez, Eusebio López, Miguel Tovar Lozada, tocuyano.
64. Pesebres navideños muy visitados hasta el día de Reyes por su belleza y complejidad en su confección fueron los de la familia Zabaleta, en la calle Ayacucho, cerca del     Asilo de San Antonio (carrera 18 con calle 21) el de la familia González, construido en el interior de la Farmacia Occidental, el de la familia Morales, y el de la familia Ramos en la calle Regeneración (carrera 17) a una cuadra de la iglesia La Paz.
65. En las noches pascuales “salían muchachos de clase humilde por la ciudad entonando aguinaldos, conjuntos pobres de acompañamiento” que “a menudo lo hacían con algún tan tan improvisado y con tapas corona que machucadas eran agujeradas en el centro. Se las clavaba en una tabla y eran golpeadas con la mano…
Las actuaciones recibían un “aguinaldo” (dinero) o se les obsequiaba con chicha de maíz o guarapo de papelón.
66. Barquisimeto carecía de alcantarillado pero en calles  donde se acumulaba agua en exceso se construyeron desagües: uno llamada “El Bocoy” que empezaba en la Casa de los Alemanes y llegaba a la esquina de “El Tropezón”; el otro, en la calle 31, recogía las aguas de la carrera 19 y las llevaba hacia la cuesta del río.
67. Los juegos más frecuentes en la ciudad eran los de bolo, billar, dados, barajas, dominó, cocos, huevos, gallos,
Juegos de muchachos eran las metras, rastrera o goteada; perinola que se fabricaba con picos de botellas tapadas con cera de abeja; gurrufío que se fabricaba con diversos objetos a los que se le pudiera hacer dos agujeros en el centro; trompo o zaranda, papagayos, barriletes, picúas, cigarrones que los propios muchachos fabricaban.
68. Arturo Ramos Maggi y Juancho Lucena, violines; el maestro Mendoza y Antonio Nieves, guitarras; Juvenal Reinoso, arpa; José Segura, requinto eran los componentes de una de las excelentes estudiantinas existentes en Barquisimeto. Otra era la que dirigía Antonio Carrillo quien a veces era acompañado por cinco guitarristas. Y una tercera, la dirigía el yaracuyano Jesús María Yépez Coronado quien ejecutaba cítara pero grupos informales se organizaban cada vez que se deseaba ofrecer serenata a las chicas del Barquisimeto de esas épocas.

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