Un buen ganadero

No existe un perfil único que defina lo que es ser un buen ganadero y por ello no existen tampoco los criterios de cómo apoyar su trabajo, una limitante grave para un gobierno como el venezolano que busca incrementar de forma rápida la producción de carne y leche, luego de varios años de aplicar políticas erradas que devastaron  nuestra economía rural.
La visión mayoritaria, o estándar para ponerlo en términos gerenciales, que tenemos los venezolanos sobre el manejo de fincas ganaderas está asociada a las explotaciones extensivas donde el hombre basa su eficiencia en el uso de destrezas, conocimientos y habilidades en el doble sentido de sacarle provecho económico a sus reses y al mismo tiempo de luchar contra una naturaleza silvestre y algunas veces peligrosa.
Según esta perspectiva -que al parecer es la que tienen en el gobierno- un buen ganadero debe ser un buen jinete, saber enlazar novillos al galope, ser cazador de tiro acertado para eliminar culebras, tigres y cualquier otro predador que amenace el rebaño. Además  ser experto en nudos, tener mano suave para el ordeño, conocer cuando curar casqueras con creolina y cuando aplicar sangre de sábila para las heridas, en fin, quienes vivimos en ciudades imaginamos el oficio ganadero como una fuerte lucha contra factores ambientales donde la reciedumbre física es el factor medular del éxito.
Y dentro de esta visión de los ambientes ganaderos el miedo a las garrapatas es automático, sencillamente porque la inmensa mayoría de venezolanos no imaginamos una vaca que no tenga estos parásitos, bichitos que pensamos son un componente obligado de nuestra ruralidad, al igual que los arboles, los pájaros y las leyendas de espantos y aparecidos.
Pero resulta que toda esta información que tenemos registrada en nuestros archivos sobre los sistemas de producción ganadera, en algunos casos es absolutamente inexacta, totalmente superada, radicalmente antigua y fuera de la realidad presente.
Entonces el primer paso para que las autoridades se conecten con las necesidades actuales del ganadero venezolano es superar esta visión anquilosada. Para ello pongamos el ejemplo de los ganaderos asociados en Asocrica, productores de leche que fundamentan su éxito como ganaderos en base al manejo de un programa informático.  Si señores, ni el caballo, ni los lazos, ni el chimo para sacar gusanos, ni nada por el estilo, lo más importante para ellos  es saber manejar una computadora.
Y es que con las computadoras estos ganaderos proceden todos los días a registrar la producción de leche de todas y cada una de sus vacas, consignar el crecimiento de sus crías y llevar cuenta de sus evoluciones morfológicas. Luego toda esta información es centralizada y procesada en un gran banco de datos bajo la supervisión directa de la Gerencia General de Asocrica, para posteriormente realizar selección de aquellos animales que en calidad de sementales y vacas elites se convertirán en puntales de las mejoras genéticas de todo el rebaño Raza Carora.
Bajo estos o similares criterios trabajan en Venezuela un grupo importante de ganaderos, productores a quienes el gobierno nacional debiera contactar de manera urgente para buscar la forma de incentivarlos y convertirlos en vanguardia nacionalista que marche hacia la soberanía alimentaria en carne y leche.
Como una medida practica dentro de este esquema el Gobierno pudiera iniciar un mestizaje con los mejores toros del país a objeto de incrementar a mediano plazo el promedio de producción de leche. Para ello nada mejor que usar los mejores toros del país, los cuales están a disposición y a bajo costo en el CIAC. Basta comprar unas pajuelas de semen y con ellas se adquieren años y años de trabajo de selección genética para ponerlas al servicio del desarrollo lechero venezolano.
Claro que existen factores internos en Venezuela que puedan servir de plataforma al optimismo, a nivel de la agricultura y la ganadería hay enclaves productivos que han resistido los embates de las erradas políticas oficiales, la cuestión es que el Gobierno se arme de humildad y busque con ellos una alianza nacionalista. Eso no es mucho pedir.
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