La genialidad de una pintura de Vincent Van Gogh inunda la pantalla que miran todos los presentes. Además de mostrar el virtuosismo del genio del post-impresionismo, el conferencista se pregunta qué otros regalos habría tenido la humanidad, si el trastorno mental hubiese sido diagnosticado antes de que el pintor se quitara la vida, con apenas 37 años de edad.
El Trastorno Bipolar Infanto-Juvenil fue el tema tratado en la más reciente conferencia del programa Aula Abierta al Ciudadano, a cargo del doctor Jorge Pausides Escudero, reconocido psiquiatra y doctor en Ciencias Médicas.
Aula Abierta es promovido por la Fundación Sociedad Amigos de Barquisimeto y el Rotary Club Barquisimeto.
En su disertación, el galeno se refirió a la necesidad de poder detectar la aparición de trastornos de personalidad en los niños y adolescentes, como forma de detección a tiempo de cualquier problema que pueda empeorar con el paso del tiempo.
Escudero apoya la tesis que relaciona los trastornos bipolares con el ciclo vital del ser humano, que en cada una de sus fases presenta tareas de complejidad gradual, pero que al presentar un problema en una de las fases puede afectar de sobremanera al individuo, especialmente en lo relacionado con el control del afecto y la conducta, así como el pensamiento, la toma de decisiones y la capacidad de fijar atención y mantenerla.
“Si hay patología en el desarrollo, aparece el trastorno evolutivo, y estos pueden causar daños temporales o permanentes”, dijo.
El trastorno bipolar infanto-juvenil es definido por el especialista como una afectación del estado de ánimo, caracterizado por cambios en las emociones, el pensamiento y la conducta; los cuales van más allá de una simple respuesta a un estímulo ambiental, ya que un individuo puede crecer en un ambiente normal y experimentar los trastornos afectivos y de conducta. Aunque no se descarta que el comportamiento, en algunos casos, pueda ser fomentado por los factores externos.
Lucha contra lo establecido
Escudero recordó que para llegar a la concepción actual del trastorno bipolar en las edades más tempranas, los especialistas que estudiaron el tema debieron enfrentar la concepción tradicional de que los niños no podían deprimirse, por lo cual se debieron realizar estudios para determinar el impacto del trastorno en la sociedad.
“Eso llevó a un pronunciamiento de la Academia Americana del Niño y el Adolescente, que publica la Guía para la Evaluación y Tratamiento del Trastorno Bipolar Infanto-Juvenil”, acotó.
Los estudios han llevado a determinar que los síntomas del trastorno son irritabilidad y cambio de humor, los cuales son frecuentes en los adolescentes, por lo cual en el caso de la bipolaridad estos vienen acompañados de energía excesiva, atención dispersa, dificultad para controlar la ira.
Asimismo, Escudero se refirió a las divergencias en torno al tratamiento de los trastornos bipolares con el uso de fármacos, expresada en la reticencia de algunos padres a utilizar el medicamento en sus hijos.
De allí la necesidad de determinar cuál es la mejor forma de tratar los trastornos, ya sea con la terapia de recuperación funcional o con el uso exclusivo de la farmacoterapia, de acuerdo a las circunstancias en las cuales se presente el caso.
La conferencia de Escudero se llevó a cabo la noche del pasado jueves, en los espacios de la Sala Alternativa de la Fundación Juan Carmona.
