Los habitantes de Los Naranjillos, en la parroquia José Gregorio Bastidas, no pueden vivir tranquilos a causa de la falta de atención a sus problemas por parte de las autoridades municipales.
“Aquí nos falta de todo porque nos dejaron sin red de cloacas, el aseo urbano no funciona, el patrullaje policial no existe y el monte nos va a tapar hasta las casas”, manifestó Yolanda Peña, residente en el sector dos.
En la zona habitan más de veinte familias cuyas esperanzas estaban centradas en la habilitación de la red ferroviaria hacia Portuguesa, pero lo único que ven son los rieles cubiertos por la maleza.
Sobre el aseo urbano, dijo que los vecinos hasta hacen apuestas sobre el día que presumen puede pasar el camión recolector.
Mientras tanto, las bolsas con desperdicios se acumulan frente a las casas, aunque algunos optan por llevarlas a las montañas cercanas para evitar enfemedades.
Yolanda también hizo hincapié en la necesidad de que les construyan la red de cloacas para no tener que seguir dependiendo de pozos sépticos.
Igualmente dice que ya no saben como son las patrullas de la policía pues hace tiempo que no ven una por Los Naranjillos dos, lo que aprovechan los delincuentes para actuar con plena libertad.
¿Y hay muchos hampones?
Aquí nos faltan todos los servicios, pero tenemos muchos malandros que salen de la montaña a atracar y llevarse los perolitos que uno ha comprado con mucho esfuerzo, dijo sumamente preocupada.
Acotó que de la alta incidencia delictiva pueden dar fe todos los vecinos e igualmente como se puede leer en los periódicos.
Citó el caso de un trabajador del campo que hace pocos días fue asesinado en el terreno donde laboraba.
La situación es grave en todos los sectores de Los Naranjillos al punto de que los habitantes prefieren encerrarse temprano y sólo salen a la calle por urgente necesidad por temor a ser víctimas de un atraco y hasta que les asesinen.
Francisco Capdevilla, otro vecino, dijo que se trata de unas pandillas conocidas por todos e hizo un llamado a los organismos de seguridad para que activen operativos de inteligencia a fin de ubicarlos, darles captura y encerrarlos en Uribana.
“Mientras la policía y la Guardia Nacional siga teniéndole miedo a esos malandros nosotros no podremos vivir en paz porque vivimos amenazados, incluso estando en nuestras casas”, afirmó Capdevilla, quien ya en una oportunidad fue víctima de una de esas pandillas que han tomado por asalto Los Naranjillos.