Woody Allen está considerando volver a la llamada comedia «stand-up», cuatro décadas después de haber abandonado el circuito de los escenarios para lanzar su carrera de cineasta, dijo el director en una entrevista.
Allen comenzó a rumiar la idea desde que vio al legendario humorista Mort Sahl en el famoso Café Carlyle de Nueva York el mes pasado, según dijo a la revista Variety en una entrevista con ocasión del lanzamiento de su última película, «Blue Jasmine».
«Mort Sahl es quien me inspiró a subir al escenario por primera vez en mi vida, y cuando lo vi la otra noche, tuve de nuevo esa sensación de que yo podía hacerlo», afirmó a la revista.
«Y pensé que sería agradable subirme ahí y hacerlo de nuevo», agregó el director de 77 años, al destacar que la comedia en vivo es mucho más difícil que el humor del cine.
«La comedia ‘stand-up’ es muy distinta al humor sutil del cine. Da mucho trabajo (…) Tienes que crear una hora de risas, risas, risas. No puedes bajar la guardia», afirmó.
«En un guión de cine, hay risas por aquí y por allá, pero hay gente interactuando de maneras significativas. En un escenario en cambio, tienes que conseguir una risa, y luego otra y otra».
Nacido en Brooklyn en 1935, Allen comenzó a vender chistes breves a los 15 años y luego se sumergió en el mundo de los monólogos de comedia. Su debut en pantalla llegó bastante después, hacia sus 30 años, con el estreno en 1966 de «What’s Up, Tiger Lily?».
En las siguientes dos décadas hizo sus películas más apreciadas, como «Annie Hall» en 1977, «Manhattan» en 1979 y «Hannah y sus hermanas» en 1986.
Tras un prolongado período en el cual los críticos afirmaban que Allen había perdido su genio, el director recuperó su éxito de críticas -y comercial- la década pasada, cuando «Medianoche en París» se convirtió en su mayor éxito de taquilla.
«Blue Jasmine», con Cate Blanchett y Alec Baldwin, se estrenará en Estados Unidos el 26 de julio y fechas aún sin precisar en el mundo iberoamericano.