Quienes habitan alrededor de la avenida Uruguay, al sur de Barquisimeto, permanecen en constante preocupación debido al problema que aún sigue ocasionándoles daños a sus viviendas y a la vialidad de dicha zona.
Se trata de la misma falla que ha afectado a este sector desde hace muchos años, que condicionó el cierre de la vía y obligó a algunos organismos del estado a realizar obras para mejorar las condiciones de vida de todos los habitantes que conviven entre las ‘aguas vivas’ de la avenida Uruguay.
Según versiones de los vecinos consultados en las adyacencias de la vía y lo que se ha podido observar en la misma avenida, los cimientos de esta arteria vial han sucumbido ante lo que resulta evidente: el movimiento de masas por caudales de agua que atraviesan el subsuelo de la zona.
Este mismo acontecimiento natural es el causante de que las casas cercanas a la zona, estén agrietadas y se encuentren en peligro latente ante el colapso de la tierra.
Los más afectados son aquellos que tienen sus asentamientos habitacionales al sur de la avenida Uruguay, quienes hace más de dos años recibieron notificaciones de desalojos de sus viviendas. Muchos de ellos, fueron beneficiados por la compra de sus casas por parte de la Fundación Regional para la Vivienda (Funrevi), que le otorgó 200 mil bolívares por cada propiedad. Sin embargo, en la actualidad, aún permanecen personas que residen en el sector, mientras continúa el problema debajo de sus pies.
En 2010, este territorio fue declarado de alto riesgo, y las construcciones que se ubican allí corren el peligro de ser devastadas por el movimiento de tierra; sin embargo, las personas se mantienen en convivencia, ya sea por no tener más opciones o por motivos desconocidos. En todo caso, residentes y usuarios de esa zona están en riesgo de sufrir de lo que ellos mismos han denominado como: “una tragedia latente”. Algunos de los residentes de este sector intervinieron ante este medio para indicar las condiciones en las que se encuentran.
José Sánchez explicó que desde hace 6 meses, aproximadamente, la carpeta asfáltica de la avenida Uruguay, que se conecta con avenida Vargas y la Nectario María, mejor conocida como la Ribereña, empezó a hundirse en varios puntos de su envergadura. De igual forma, Maritza Torrealba, junto a varios vecinos de la comunidad que componen el barrio La Feria, indicaron que la tierra siempre se mantiene húmeda, además, de forma inesperada, se agrieta en varios puntos.
La evidencia del movimiento se encuentra en las casas, puesto que sus paredes están agrietadas, signo irrefutable de que el agua, debajo del subsuelo, provoca el desplazamiento de masas de tierra, mientras que en la superficie, algunas zonas se hunden para reacomodarse al suelo.
Nada de esto parece molestarle a los residentes de esta populosa zona, expectantes y pacientes, esperan por una solución a un problema natural que no tendría solución definitiva salvo la reubicación de los afectados.
Expresaron su molestia
Por su parte, Vicente Olivo vive en la comunidad desde hace varios años. Dijo que a pesar de sus esfuerzos, el Gobierno regional no le ha brindado la solución que sí hizo con más de 30 vecinos, a quienes les compró sus casas ubicadas en esa zona y fueron reubicados a otra parte de la ciudad.
“He metido los papeles tres veces ante Funrevi y las tres veces se han extraviado”, manifestó Olivo, “la última vez que fui me dijeron que eso (gestión de las casas) no era allí, sino ante el gobernador (Henri Falcón)”, continuó.
Además, según el afectado, ha enviado varias cartas al mandatario regional sin aún conseguir la satisfactoria respuesta. “Aquí existen vecinos a los cuales se le adjudicó casas en otros sectores y se les compró las que tenían pero siguen viviendo en ellas”, aseguró, alegando que si él contara con el mismo beneficio, “no lo pensaría dos veces para mudarme”.