El fracaso de la actual gestión municipal en Barquisimeto es incontrovertible, al punto que es reconocido por el propio PSUV y gran parte de su militancia. Pero las causas van más allá de la propia personalidad de una funcionaria entaconoda y corta de mente, sino que responde a un problema estructural en cuanto a la visión oficialista sobre la entidad política municipal. De hecho la actual oferta electoral del PSUV es nada menos que la eliminación del municipio con la creación de Comunas controladas por el partido político de gobierno y ajenas al control democrático que solo se puede dar con elecciones directas, universales y secretas de las autoridades públicas. En palabras de Aristóbulo, el mejor alcalde chavista será quien desbarate más rápido la alcaldía para dejarle el campo libre a la hegemonía centralista y excluyente en el marco de un Estado paralelo e inconstitucional. No es casualidad entonces que la gestión de Amalia haya sido tan mala, y sin importar a quien impongan ahora de candidato los resultados no serán distintos en la medida que el municipio esté secuestrado por sus propios verdugos.
Pero Iribarren tiene una esperanza llamada Alfredo Ramos quien luego de haber ganado contundentemente una elección primaria, cuenta ahora con todo el apoyo de la MUD y los partidos que la integran. En las últimas tres elecciones celebradas, las dos presidenciales y las regionales, la MUD ganó en Iribarren cómodamente producto no sólo de la unidad sino también del liderazgo de Henri Falcón y Alfredo Ramos, hoy día enllavados con el fin de hacer un gobierno mancomunado en beneficio de todos los ciudadanos sin excepción. Si el propio Chávez perdió en Iribarren en octubre pasado, ahora resulta casi imposible que nos quiten de la mano una nueva victoria cuando tenemos un candidato arraigado popularmente gracias a un trabajo constante en las comunidades. Alfredo, quien ha librado un intenso trabajo parlamentario en favor de del sagrado derecho a la seguridad social y se ha desempeñado con éxito como jefe de campaña municipal y regional en los últimos procesos electorales, ahora se dispone a rescatar la alcaldía de Iribarren para generar el cambio que la gran mayoría desea.
Nuestra visión del municipio es que este es la base de la democracia y la instancia política más cercana a la gente, por lo que está llamado a influir más en la calidad de vida de las personas y las comunidades con políticas públicas que generen seguridad ciudadana, productividad y emprendimiento popular, servicios públicos de calidad, programas sociales concretos que beneficien a la población más vulnerable y un clima de convivencia ciudadana enmarcado en plan de desarrollo integral y participativo. Un municipio seguro, productivo y solidario, es la promesa básica de un programa integral que será ejecutado a través de gobiernos parroquiales que descentralicen la gestión bajo parámetros participación y transparencia. Se trata de rescatar la dignidad de la gestión municipal, defendiendo en todo momento su autonomía y eficacia. No se trata de ganar, sino de cambiarle el rostro a la ciudad y mejorar la insostenible realidad actual. Barquisimeto volverá a ser referente nacional y hasta internacional como modelo para un progreso solidario sustentable e incluyente.
Solo queda organizarse para afrontar con éxito este nuevo reto que tendrá un impacto en la vida nacional ya que sirve de plebiscito en cuanto a la ilegitimidad del Gobierno Central, al tiempo que representa una oportunidad de oro para hacer de Barquisimeto la ciudad que nos merecemos y que juntos vamos a construir. Votar no es una opción, es un deber para quienes asumimos el reto histórico de generar un cambio verdadero y democrático. No les quepa duda que en Iribarren, “con Alfredo viene el cambio”.
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.
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