Soñar no cuesta nada a la hora de querer una casa o apartamento para la familia, en los actuales momentos en Venezuela.
Y es que ahora queda en un hermoso sueño la compra de un inmueble para la mayoría de las personas, debido a los altos precios, inalcanzables para la mayoría de los sectores de esta sociedad representado en quienes poseen bajos recursos económicos.
A este drama se agrega un país con una demanda de viviendas que supera la oferta frente a la caída del sector privado de la construcción, sumado a un salario destruido por la inflación que impide ahorrar para obtener un lugar para vivir tranquilamente.
Ni hablar del beneficio de financiamientos de la banca pública y privada, cuyos intereses interfieren en el control de la administración del presupuesto familiar para los gastos propios de alimento, educación, salud, vestido y servicios, entre otros, dentro de esta paupérrima economía venezolanaGobierno reconoce
el problemaDe acuerdo a los más recientes datos aportados por la Cámara Inmobiliaria, en el país el déficit de unidades habitacionales es de tres millones aproximadamente.
Sin embargo, el resultado del registro nacional realizado por el Gobierno nacional, a través de la Gran Misión Vivienda Venezuela, es de 3 millones 700 mil 349 familias con necesidad de casa, es decir, supera las estimaciones de la Cámara Inmobiliaria.
El propio Gobierno ha reconocido que entre tres y cuatro núcleos familiares viven juntos, y que el hacinamiento es realmente impresionante cuando el 70% de la población con necesidad de inmueble son familias conformadas por tres y cinco miembros.
¿Por qué suben los inmuebles?
Aquiles Martini, presidente de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela, explica que factores diversos inciden el exagerado aumento de las viviendas, sin dudar que todos se relacionan con la baja oferta y las alcabalas que mantienen en desaceleración al sector construcción.
Señala que por cuanto existe poca oferta en el mercado primario, como inmuebles nuevos, el mercado secundario se ha distorsionado.
Manifesta que otro elemento perturbador para la subida de las casas y apartamentos es la escasez de inmuebles nuevos, ya que las leyes venezolanas han hecho que la mayoría de los promotores privados no inviertan en el sector construcción e inmobiliario, sino que por el contrario se sienten atemorizados y optan por alejarse.
También se suma la violación de la propiedad privada.
Los precios varían
Aunque los precios no son los mismos para la compra de un apartamento o una casa, cada vez más resultan inaccesibles para el bolsillo del venezolano.
En las principales ciudades el costo es mucho más elevado que en el interior.
En el caso de Lara, por ejemplo, una vivienda en el este de Barquisimeto está por el orden de los 1.500 bolívares. En el centro y el oeste 1.000 y 900 bolívares, respectivamente.
Mientras un apartamento ronda los 2.000, 1.500 y 1.200 bolívares en las zonas antes nombradas, en tanto el sueldo mínimo de un padre de familia acumulado en un año es de apenas unos 30 mil bolívares, he ahí la gran diferencia.
Un problema en Lara
En Lara crece la falta de viviendas.
Es uno de los principales problemas que enfrentan las familias en la entidad, especialmente en los sectores más empobrecidos.
La situación no es nada fácil para personas que habitan arrimadas en casas de allegados o parientes cercanos.
Otras padecen todo tipo de penurias en ranchos de zinc bajo condiciones paupérrimas, sin esperanzas de adquirir un inmueble mediante la compra, ya que ni siquiera tienen empleos para optar por un crédito bancario, y por el beneficio del Fondo de Ahorro Obligatorio para la Vivienda o subsidio del gobierno.
Por ley una casa
El artículo 82 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela expresa claramente: “Toda persona tiene derecho a una vivienda adecuada, segura, cómoda, higiénica, con servicios básicos esenciales que incluyan un hábitat que humanice las relaciones familiares, vecinales y comunitarias.
La satisfacción progresiva de este derecho es obligación compartida entre los ciudadanos y ciudadanas y el Estado en todos sus ámbitos.El Estado dará prioridad a las familias y garantizará los medios para que éstas y especialmente las de escasos recursos, puedan acceder a las políticas sociales y al crédito para la construcción, adquisición o ampliación de viviendas.
Pese a este mandato constitucional, normado a través de la Constituyente, conformada por venezolanas y venezolanos en 1999, el Estado no ha satisfecho el cien por ciento las necesidades de viviendas.
Misión Vivienda no cubre
El 13 de febrero de 2011 el presidente Hugo Chávez anunció al país la creación de la Gmvv, en el programa Aló Presidente número 370, transmitido en la Ciudad Socialista Caribia, estado Vargas.
Indicó que el objetivo de esta misión: “solucionar el drama de la vivienda que sólo es posible en colectivo, con la unión nacional del sector privado y público, la banca privada y la pública, los trabajadores, los empresarios honestos, los venezolanos y el mundo: Cuba, Irán, China, Belarús, Rusia, Portugal, Brasil”.
Explicó los cinco pasos de la misión: el censo, identifica las familias sin vivienda propia o viven en situación de riesgo.
El segundo punto fue el registro de los terrenos para la construcción de complejos urbanísticos; el tercero, la identificación de las empresas constructoras; la inversión (banca pública y privada); y, por último, la fabricación y distribución de los materiales de construcción.
El objetivo era comenzar por los refugios de personas auxiliadas por las vaguadas, con un financiamiento inicial de 30.000 millones de bolívares para levantar 150.000 viviendas, con parte del dinero del Gobierno y otro de la banca privada, porque según el presidente la banca no puede financiar sólo a un sector de la población, sino a los pobres, a los profesionales, a los sectores medios, sin caer en mecanismos de especulación.
Chávez prometió construir 2 millones de viviendas entre 2011 y 2017.
No obstante, hasta la fecha la población demanda mucho más casas que las estimadas por el presidente, en ese entonces.
Ricardo Molina, ministro de Hábitat y Vivienda, ha dicho que se han construido 43 mil viviendas, sin embargo, extraoficialmente se supo que el 62% de esa cifra corresponden a sustituciones de rancho por casa, es decir no son unidades habitacionales nuevas.