El flaco David Peña, mejor conocido como «Zancudo», es uno de los contrabajistas más reconocidos y respetados del país, influenciando con su estilo a muchos de quienes hoy recorren los sonidos de la música popular venezolana de raíz tradicional, así como a otros que han enrumbado su carrera por la ruta de la música académica, como es el caso del también venezolano Edicson Ruiz, quien forma parte de la fila de contrabajos de la Filarmónica de Berlín.
Desde muy niño se vinculó a la música, participando en diversas agrupaciones hasta que hace 24 años llegó a Ensamble Gurrufío, una de las más importantes y emblemáticas agrupaciones del país, con la que ha viajado por muy distintos lugares del mundo, llevando los sonidos y géneros de nuestro país.
Muy solicitado para participar en proyectos de otros grupos y solistas, Zancudo está involucrado en varias producciones para otros artista, «pero muy envuelto en el proceso de preparación de las próximas producciones de Gurrufío, en el marco del 30 aniversario del grupo».
El grupo tiene planteado varios viajes al exterior, uno es una invitación para el prestigioso Festival Leo Brouwer 2013, que se celebrará en Cuba en octubre.
– ¿Cómo vez el mercado de la música folclórica en Venezuela?
– El mercado de la “música tradicional o popular venezolana”, para no encasillarla en lo folclórico, se ha ampliado y diversificado gracias, de cierto modo, a los nuevos medios de comercialización electrónica, además de algunos nuevos distribuidores discográficos que se han interesado en nuestra música, por distintas razones.
Para nosotros es un mercado vivo y con mucho potencia. Considero que el mercado interno de nuestra música irá creciendo en proporción a la promoción y difusión que se aplique, tanto de la discografía como de los espectáculos y conciertos producidos por gestión propia de las agrupaciones y solistas, porque a través de dicha promoción el público venezolano, de gustos tan diversos, ha tenido, y tendrá, la oportunidad de conocer más de cerca lo que se viene haciendo con nuestra música, desde hace mucho tiempo.
– ¿La consolidación del sistema de orquestas ha impulsado la música en el país en todos los géneros?
– El sistema de orquestas ha contribuido con su propio objetivo, que es la masificación de la música que tradicionalmente interpretan las orquestas en el mundo. Sin embargo, más recientemente parecen haber comprendido y entendido la vital importancia de la diversidad de nuestra música tradicional, ya que están conformando y desarrollando proyectos con distintas combinaciones de las orquestas con instrumentos tales como el cuatro, la bandola, tambores etc. Bienvenida estas propuestas, mientras sean respetadas y bien entendidas, las raíces y el contenido de sus formas, técnicamente hablando. Contamos con maestros compositores y arreglistas en nuestro país, que conocen a fondo nuestro patrimonio musical venezolano. Definitivamente, la música tradicional venezolana ha contado históricamente con agrupaciones, cultores y solistas de todo el territorio nacional, que han apostado incondicionalmente y por convicción, a la interpretación y reinterpretación de nuestra música, y con eso han ganado espacios en todos los ámbitos, tanto nacionales como internacionales, y que han contribuido de manera determinante, a la promoción, difusión y, finalmente al disfrute del las más diversas y cada vez más exigentes audiencias.
– ¿Sientes que Ensamble Gurrufío sigue en constante evolución?
– A decir verdad, hablar de evolución dentro de la música, y en este caso del Ensamble Gurrufío, no me resulta cómodo. Ese término puede resultar inadecuado en este caso, porque depende del enfoque o concepto que se tenga de lo que llamamos evolución. Desde mi punto de vista, pudiera llamar evolución, cuando por ejemplo en Gurrufío tocamos (lo más cercano posible, nunca igual) un joropo con estribillo de Remigio “Morochito” Fuentes, o un alegre Bambuco Playero de Armando Molero, o un elegante merengue de Luis Laguna, o una gaita de tambora del sur del lago, o un seis guayanés, por solo citar algunos ejemplos, puesto que todos estos estilos, entre muchos otros, tienen un grado de dificultad, un lenguaje y unas características musicales tan propias, que no en vano vale la pena conocer y estudiar, para poder decir que estamos interpretando y reinterpretando “música venezolana” que de por sí, ya es mucho decir. Como grupo, hemos pasado por muchas etapas en nuestros casi treinta años de formación que nos han puesto antes retos y oportunidades que nos han fortalecido y guiado para seguir transitando por el arduo, pero siempre nutritivo y lleno de satisfacciones, camino de nuestra música.
– Ser músico y productor, ¿ha sido estimulante para tu carrera?
– El trabajo de producción ha sido una actividad que me ha sido muy placentera, lo cual pienso que se debe a que resulta más fácil desarrollar esa actividad conociendo los requerimientos y necesidades de los artistas, viéndolo, enfocándolo y entendiéndolo desde mi propia óptica de intérprete, de músico. Es así como con gran satisfacción se ven los resultados positivos, expresados a través de los artistas, cultores, solistas, actores y un largo etcétera, con los que he tenido la fortuna de trabajar el aspecto de la producción, apoyado y enfocado siempre en la consideración y el respeto, sin dejar de lado las recomendaciones conceptuales e ideas que pueden surgir durante le realización de un evento o espectáculo, ya que a pesar de algunos lineamientos o reglas generales de producción, no existe nada estático o predeterminado.
