El Proyecto Ku Kula

Quiero hablarles, queridos lectores, sobre la obra que está llevando a cabo mi hija Irene Greaves Jaimes en el pueblo de Macía, en Mozambique.
Irene es Licenciada en Historia del Arte de la Universidad Americana de Roma, mención Summa Cum Laude. Al graduarse en 2009 decidió irse a trabajar de voluntaria a África. En Mozambique ha conocido la necesidad de primera mano. (Nosotros pensamos que en América Latina estamos mal… África está mucho peor). Ese pueblo en particular es el segundo lugar en el mundo con mayor incidencia de SIDA. El 50% de la población lo tiene. Eso significa que cerca del 90% es HIV positivo. Y a quienes no mueren de SIDA, los mata la malaria.
Irene comenzó dando clases de inglés. Luego se incorporó a trabajar en un centro para bebés huérfanos desnutridos (las mamás mueren dando a luz a causa del SIDA y los bebés no solo quedan huérfanos, sino enfermos). Más tarde fue entrenada como enfermera en el hospital, pues en Mozambique solo hay un médico por cada 100.000 habitantes, una cifra inimaginable. Allí se encontró con la «vida real» a los 22 años. Y se dio cuenta de que la única forma de cambiar esa realidad era a través de la educación.
Así nació el Proyecto Ku Kula (que en dialecto shangana significa «crecer»). En la actualidad está construyendo dos escuelas: una, que fue el primer proyecto, al lado de la Casa Misionaria católica, aunque la escuela es laica. La segunda, el proyecto «Granos de Esperanza», está en un campo de damnificados por las inundaciones de enero de este año. Irene quiere formar redes de voluntarios para que vayan a dar parte de su tiempo, vitalidad y energías a quienes tanto lo necesitan.
Copio unas reflexiones tomadas de su blog de enero de este año:
“Tan pronto como salí con mis maletas en el aeropuerto y vi las caras sonrientes de mis amigos que me esperaban, sabía que había regresado a casa. Con todos los que había dejado atrás en 2010, expresamos nuestra alegría y amor por estar juntos de nuevo. Las amistades que he hecho aquí son el mejor regalo que me llevé conmigo… «Bienvenida. Esta es tu tierra Mana Irene, esta vez tienes que quedarte para siempre», me decían. La gente que no sabía que yo iba a volver se sorprende, impresionada de verme; todos me saludan con inmenso cariño. Me sostienen, me besan y me abrazan con fuerza, incluso me alzan en el aire y me pellizcan para confirmar que no es un sueño, a la vez que exclaman: «¡Irene Mana, Mana Irene! ¡Eres tú, eres realmente tú! ¡Estás de vuelta!»
Hay cosas que nunca cambian: las líneas de espera en el hospital siguen siendo interminables y el ritmo desenfrenado de la enfermedad es implacable. La malaria, el VIH y la tuberculosis siguen siendo los protagonistas infames en el hospital. El calor durante el día es implacable y parece que nos derretimos cuando vamos de un lugar a otro. Por la noche, sin embargo, la temperatura desciende por suerte un poco y una agradable brisa abraza el cuerpo y refresca el corazón. A pesar del calor, el cielo siempre es una pintura en movimiento, con su azul intenso, puro y fresco, y sus nubes perfectamente formadas, que son como enormes bolas de algodón. En las noches claras, el cielo es el más bello espectáculo del día. Había olvidado lo estrelladas que eran las noches. Es como si alguien hubiera soplado miles de millones de partículas de polvo sobre un lienzo negro, una de las vistas más increíbles que jamás podamos presenciar en nuestras vidas”.
Necesita mucha ayuda. Tanto de trabajo, como económica y de divulgación. Los invito a que entren en la página web: www.thekukulaproject.blogspot.com. También en www.ku-kula.org y en Facebook Ku Kula, para que vean lo que Irene ha logrado hasta ahora. Por favor, compartan esta información y ayuden a Irene a divulgarla. Y a quien quiera colaborar le digo que cualquier cantidad sirve.
Me disculpan la referencia personal, pero soy una madre orgullosísima de mi hija y sé cuánto amor ha puesto en lograr sus objetivos. El fin último de Ku Kula es convertirse en una referencia mundial para ayudar a quienes más lo necesiten, se encuentren donde se encuentren.
@cjaimesb