A días de la segunda subasta de divisas organizada por el Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), el especialista en temas económicos Aníbal Peña Javitt, indicó que dicho acto no contempla el verdadero proceso que se conoce mediante el cual el mejor postor obtiene el cotizado bien.
En este sentido, reveló Peña Javitt, que personas naturales y jurídicas que ofrecieron mayor cantidad de bolívares por cada dólar pretendido, no fueron beneficiadas en la puja; por el contrario, aquellas ofertas que contemplaban un precio entre los 10,90 bolívares para las personas jurídicas y 11,70 para las naturales, fueron las que se les otorgó las remesas extranjeras.
La explicación, dice, descansa en el afán del Gobierno nacional en controlar la devaluación, que se podría incrementar si las divisas hubiesen sido vendidas a quienes ofrecieron hasta 26 bolívares por cada dólar.
“El Banco Central de Venezuela (órgano responsable de la subasta) está controlando que el precio no sea tan alto para que la devaluación no se note. Cuando tratan de poner un límite, tratan de controlar la devaluación”, completó.
Sin embargo, el economista está en desacuerdo con la presunción por parte del gobierno en tratar de controlar la devaluación a través de este control. “Al entregar más bolívares al BCV, eliminó la cantidad de dinero que está en la calle, hay menos liquidez y, por lógica, la inflación puede disminuir”, razonó el experto sobre una alternativa que difiere de la medida aplicada por los responsables de la subasta.
De lo que sí está seguro el especialista es que la oferta por parte del gobierno respecto a la venta de divisas no es suficiente para abastecer la demanda de divisas de la nación. “Lo que están vendiendo no disminuye en nada el problema, porque lo que están pujando son los productores que se convirtieron en importadores. Si no hay un crédito externo o aumento de la producción de Pdvsa, no habrá más dólares”, dijo Peña Javitt, en referencia a que la cantidad de billetes de denominación extranjera apenas supera la mitad de la cantidad que entregaba el antiguo Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (Sitme).
Todo lo expresado anteriormente propiciará el aumento de importaciones, “el empresario venezolano se ha convertido en importador”, dice Peña Javitt. Para él, el Gobierno venezolano, ha destruido el aparato productivo del país desde el difunto presidente Hugo Chávez, “ahora no tenemos las reservas operativas para hacerle frente a las importaciones, al pago de la deuda y a las remesas estudiantiles”, aclaró.
Frente a este panorama, el economista ve como probabilidad el endeudamiento extranjero con China, por el otorgamiento de barriles de petróleo que aún no ha sido extraído a la nación asiática, “vamos a depender de otro imperio”. Javitt, cree que esta es una posibilidad que cobra fuerzas, además del arrendamiento de tierras que permitan a ese país expandir su industria agropecuaria.