Acribillado dentro de una cancha de baloncesto en Andrés Eloy Blanco, al oeste de Barquisimeto quedó Javier Garrido, de 29 años, luego que tres hombres lo atacaran sin mediar palabra. Los homicidas también mataron a Edgar José Sivira, de 48, quien pasaba por la zona y vio involuntariamente cuando asesinaban a Garrido.
La tarde estaba tranquila en el sector, cuando de pronto cuatro hombres a bordo de una camioneta Chevrolet Blazer gris se dezplazaron por la calle 6 del barrio a alta velocidad. Se detuvieron, tres entraron a una cancha y allí encontraron a Javier Garrido. El hombre trató de saltar la cerca perimetral, pero lo siguieron y allí mismo le hicieron múltiples disparos.
Los vecinos alarmados empezaron a correr para sus casas, frente a la cancha caminaba Edgar José Sivira, quien iba su casa luego de hacer algunas diligencias en la zona. El hombre supuestamente volteó involuntariamente a ver a uno de los asesinos y éste, para no dejar testigo lo siguió. Edgar corrió hasta su casa que está a unos 500 metros del lugar en la calle 7, pero el hombre lo alcanzó frente a su casa y le pegó seis tiros. Los que lo conocían aseguran que era un hombre sano, que el único error que cometió fue mirar a uno de los asesinos a los ojos.
Los hombres luego de sembrar la muerte y el pánico en el lugar, corrieron a la camioneta y huyeron a toda velocidad.
Algunos de los vecinos que escucharon los tiros y vieron cuando los pistoleros huyeron, salieron a la calle y auxiliaron a Edgar. Lo montaron en un vehículo y se lo llevaron al Hospital Pastor Oropeza. Los familiares de Javier Garrido también escucharon las detonaciones, fueron a la cancha, recogieron el cuerpo y también lo llevaron al Pastor Oropeza. Javier Garrido murió en el camino, Edgar falleció minutos después de ser ingresado al centro médico.
Al lugar llegaron funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana y resguardaron la escena del crimen. En pocos minutos comenzaron a llegar a las afueras de la cancha decenas de vecinos curiosos.
De Edgar dijeron que era un hombre muy tranquilo, trabajador y servicial. Contaron que se ganaba la vida vendiendo frutas y verduras en la jefatura civil de Andrés Eloy Blanco, que era un hombre muy popular y querido en la zona. “Es una lástima que hayan matado a Edgar, era un tipo muy tranquilo y trabajador; en este país están matando a la gente sana”, comentó uno de los presentes.
De Javier Garrido, no dieron detalles, dijeron que no lo conocían, que no era del sector. Luego se pudo conocer que Garrido, vivía en la carrera 2 entre 5 y 6, dos cuadras de donde ocurrió el crimen. No tenía profesión definida.
A las 4:40 de la tarde llegaron los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) quienes recolectaron en el lugar más de 15 conchas 9mm.
A las afueras de la morgue del Pastor Oropeza, llegaron decenas de familiares de los dos hombres. Escenas de dolor se observaron: se abrazaban y lloraban desconsoladamente. Sus miradas se veían perdidas, como tratando de asimilar el momento. Cuando llegaron los funcionarios del Cicpc, para llevar los cuerpos al Hospital Antonio María Pineda, una de las mujeres se desmayó. Los allegados de los hombres nuevamente rompieron a llorar cuando sacaron los dos cuerpos y los metieron en la furgoneta.
Luego de las primeras averiguaciones la policía científica maneja como venganza el móvil por la muerte de Javier Garrido. En el caso de Edgar aún no descartan cualquier hipótesis.
Zona roja
Juan Delgado, vecino del lugar, comentó que la zona anteriormente era muy tranquila, pero que en la actualidad se ha tornado peligrosa. “Antes esto era muy seguro, pero desde hace unos años para acá, hay muchos atracos y hurtos, a veces se forman tiroteos que dejan muertos y heridos”.
Agregó que la zona no es patrullada por los cuerpos policiales como ellos quisieran. Asegura que los funcionarios llegan cuando matan a alguien para cuidar la escena del crimen, pero luego desaparecen. “Ellos tienen un mapa sobre las zonas peligrosas de la ciudad, deberían resguardar esos lugares, para que no haya tanta muerte .Necesitamos que Polilara, Policía Nacional y todo el Plan Patria Segura resguarden este sector y los adyacentes.