El hampa tiene azotados a los habitantes de la Urbanización La Concordia, al norte de Barquisimeto, quienes en los últimos años han tenido que cerrar sus veredas y calles con enrejados para evitar ser víctimas de hurtos, atracos o secuestro.
Dicen que luego de las 6:00 de la tarde no tienen otra opción que encerrarse en sus casas, porque en la zona no hay vigilancia policial. Esa sensación de inseguridad los ha obligado a montar grandes portones en las esquinas de sus cuadras para que los hampones no penetren sus casas.
La proliferación de rejas, según ellos mismos comentan, inició desde hace unos siete años cuando comenzaron a ocurrir hechos de violencia con frencuencia en el sector. Desde entonces cada día más vías de accesos han sido cerradas como medidas de seguridad.
Iván Santeliz dice que luego de las 6:00 de la tarde, cuando anochece, los residentes se ven obligados a encerrarse por temor a que sean interceptados por los hampones quienes en la noche salen en busca de sus víctimas.
“Esto es tierra de nadie, la policía pasa muy poco y uno no tiene otra opción que encerrarse temprano y ponerse a ver televisión, si sales a la calle es una preocupación cuando llegas a la zona, porque sabes que te pueden interceptar hasta cuando abres la puerta de tu casa para entrar”.
Pero el “toque de queda” como lo definen los mismo vecinos no es solamente durante en las noches Juan González asegura que es riesgoso salir antes de las 8 :00 de la mañana, porque cualquier cosa puede suceder. “El peligro no es únicamente en las noches, si sales a las 7:00 de la mañana es un riesgo porque la zona es solitaria y siempre a esas horas hay atracos y arrebatones; siempre es un riesgo”.
“Como en todos lados esto es muy peligroso, debería haber más patrullaje por parte de los cuerpos policiales, quienes para nada patrullan la zona”, comentó Roger Carrizales, mientras arreglaba el motor de su carro.
Carrizales, dice que hasta los años 90, la zona fue tranquilo y los servicios eran óptimos como la vialidad y el alumbrado, pero desde hace unos quince años todo cambió para mal.
“La gente ahora tiene que encerrarse tras las rejas, parace que estuviéramos presos, esa es la sensación, porque nadie se siente seguro”.
Joel González, otro vecino de la zona, lamentó que por la inseguridad que padecen día a día, han ido perdiendo espacios dentro de la misma comunidad. “Al parque que está aquí en la redoma nadie lleva a los niños, porque se convirtió en una trampa donde los hampones emboscaban fácilmente a sus víctimas, eso fue alejando a la gente de ahí”.
“Yo recuerdo que en otros tiempo, la gente se concentraba ahí durante las tardes, los padres llevaban a sus hijos a jugar, pero ya no es así. La gente teme que los atraquen, además hoy en día el parque está en pésimo estado como ocurre con toda la comunidad”.