Ventana abierta – Una torta para mi abuelita

Para recordar: “Sale su aliento… en ese mismo día perecen sus pensamientos» (Salmo 146:4)
En el texto para recordar, el salmista David fijó su posición frente a la muerte. En el mismo sentido, Alvarado, Erna (2.012) en el libro “Aliento para cada día”, habla sobre el trabajo y la muerte, citando al sabio Salomón y dice: “La consigna de Dios para todo trabador abnegado es: “Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el sepulcro, adonde tú vas, no hay obra, ni industria, ni ciencia, ni sabiduría” (Eclesiastés 9:10), p.201.
Todo lo anterior, es una posición religiosa de ver la muerte. Y según el diccionario de la Real Academia, religión es: “Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social, y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto”.
Según la wikipedia, los dogmas de una religión “rigen la actividad humana que suele abarcar creencias y prácticas sobre cuestiones de tipo existencial, moral y sobrenatural… El término hace referencia a las enseñanzas colectivas”. Casi todas las religiones, desde el occidente hasta el oriente, contemplan la doctrina de la muerte.
Por su parte Adelita, quien tiene pocos años de edad, hace unos días amaneció con la idea que tenían que comprar una torta para su abuelita. Su madre un poco preocupada le preguntó ¿De dónde te salió esa idea de comprar una torta para mi mamá, si ella murió hace 10 años? Se lo escuché al actual presidente de nuestro país, al Señor Nicolás Maduro ¿Qué dijo él? Y Adelita le mostró la noticia:
Según la web, nuevaprensa: “El presidente de la República, Nicolás Maduro, señaló durante la Gala Deportiva 2013 en el Círculo Militar, que el próximo 28 de julio recordarán a Hugo Chávez “porque cumple 59 años” (http://www.nuevaprensa.web.ve/npo/pas/24617-maduro-homenajeara-a-chavez-en-su-cumpleanos). Fueron las mismas palabras que él dijo, después del discurso de la recién nombrada Ministra del Poder Popular para la Defensa, la Almirante en Jefe, Carmen Meléndez.
Quizá, recordar a alguien que ha muerto no parece ser el problema. La contradicción de Adelita, y de muchos, es creer que un muerto no ha fallecido. Porque el interlocutor usa el verbo en presente cuando dice: “cumple”, “me habla”, “lo escucho”, “me escucha”, “me observa”, “come” o “sufre”.
¿Cuándo será que muchos van a aceptar la doctrina bíblica de la muerte? Cada quien, crea lo que quiera, pero en la Biblia está el dogma, la creencia, la fe, la doctrina sobre la muerte.
La palabra muerte viene del Hebreo mâweth; del griego thánatos. Y, por ejemplo, en el Diccionario Bíblico Adventista refrenda lo que la Biblia dice que: La “muerte entró en el mundo como consecuencia del pecado (Génesis 2:16, 17; 3:19; Romanos 5:12). Es un enemigo (1 Corintios 15:26). Todos los hombres deben (‘podemos’) morir (1 Corintios 15:22; Hebreos 9:27), pero todos volverán a vivir (Importantes: Juan 5:28, 29; Daniel 12:2)”.
En la Biblia con frecuencia se le llama a la muerte un sueño (1 Reyes 2:10; 11:43; 14:20, 31; 2 Crónicas 21:1; 26:23; etc.); Job también lo refirió así (Job 7:21; 14:10-12); igual lo hizo el salmista (Salmos 13:3); Jeremías (Jeremías 51:39, 57) y Daniel (Daniel 12:2); el mismo Cristo afirmó que la fallecida hija de Jairo estaba durmiendo (Mateo 9:24; Marcos 5:39). Pero, el dijo: “Yo Soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:25).
Apenas podemos tocar algunos textos sobre la muerte. Pero, si aceptamos que después de la muerte viene la vida eterna, entonces ¿para que contar más los años? Ni si quiera de Jesús se puede decir que tiene más de 2000 años, porque El resucitó entre los muertos, se fue al cielo y en este momento goza de la vida eterna. Además era y es Dios, y por Él todos podemos obtener la eternidad, después de su Segunda Venida.
Estamos convencidos que la mayoría no quiere morir y está bien, porque no fuimos hechos para morir; fuimos creados para vivir eternamente, pero se atravesó el pecado. Sin embargo, si nos toca ver el sueño de la muerte, tengamos la seguridad que hay una solución: se llama Jesús; el autor de la vida y la resurrección.