El Trompillo espera el permiso para su liceo (Fotos)

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Hace más de veinte años Fe y Alegría llegó al barrio El Trompillo, al norte de Barquisimeto, para constituirse en una esperanza para miles de niños de esa y otras comunidades de la zona que hasta entonces carecían de una institución donde aprender a leer y escribir.

Los rumores de que se trataba de una zona peligrosa no amilanaron a los sacerdotes de la orden de los padres Escolapios, así como a un reducido grupo de docentes para emprender una misión que tantos frutos ha dado a Lara y Venezuela en general.

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“Primero estuvimos en un ranchito con piso de barro y guacales donde se sentaban los primeros niños de educación inicial, a quienes tuvimos que buscar casa por casa pues los padres no estaban interesados en que sus hijos estudiaran nada. Por fortuna seguimos avanzando y la obra creció hasta llegar a lo que es hoy”, dice Rosa León, una de las fundadoras de la escuela monseñor Oscar Arnulfo Romero, aún activa luego de 22 años impartiendo las primeras enseñanzas a los niños del barrio.

“Primero fueron 20 en preescolar, que fuimos buscando de puerta en puerta, muchos de ellos llegados del campo, que hoy son profesionales”, manifestaron las docentes Carmen Elena García y Tany Morales, también fundadoras.

La escuela Oscar Arnulfo Romero está ubicada en el sector José Cruces de El Trompillo Norte y en la actualidad su matrícula es de 1.029 alumnos, desde preescolar hasta sexto grado, atendidos por más de 40 docentes, informa su directora, profesora Xiomara Uribe.

Este año salen de primaria 140 cuyo futuro no es del todo halagador pues en El Trompillo no existe liceo alguno donde ingresar.

“Algunos han sido ubicados en otros sectores aunque, lamentablemente, otros desertarán del sistema por su imposibilidad para trasladarse hasta donde sus representantes les consiguieron cupo.

Liceo sin funcionar

Lo más lamentable para esos jóvenes es que Fe y Alegría, conjuntamente con la fundación Itaka, de España, de los padres Escolapios, construyó un edificio para bachillerato, pero, aunque resulte increíble, el Ministerio de Educación no les ha otorgado el permiso para su apertura.

Itaka se podría traducir como, “caminar juntos”, acompañados por los Escolapios, explica Nelymar Pérez.

La coordinadora de la fundación en nuestro país, refiere que, ante la necesidad de brindar también educación media a los niños de la barriada, en el 2009 se iniciaron las gestiones para la adquisición de un terreno en la misma zona.

Se cancelaron las bienhechurías a algunos vecinos que las ofrecieron y el gobierno vasco (España), a través de la fundación, financió la construcción, que ya está terminada. Se trata de un edificio de dos plantas que cuenta con tres aulas, tres laboratorios, biblioteca y otras instalaciones, capaz de albergar 80 alumnos para el séptimo grado y en total para 240.

Las profesoras Xiomara Uribe, Nelyimar Pérez y Soraya Lozada se unen en su preocupación, que es de todo El Trompillo, por la demora del Ministerio de Educación en otorgar el permiso correspondiente para su entrada en servicio.

Explican que la Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC) otorgó el visto bueno a la estructura física del liceo a la espera de la autorización del Ministerio de Educación.

“Llevamos dos años esperando ese permiso para que los niños que salen de primaria no tengan que emigrar o desertar de la educación, pero se ha demorado tanto que nos tiene impacientes”, señala la profesora Uribe.

Indica que el edificio no ha sido equipado a pesar de disponerse ya de lo indispensable, pupitres, pizarrones, equipos de laboratorio y en general, todo lo necesario, pero mientras la Zona Educativa de Lara no haga una inspección no pueden hacer la correspondiente dotación.

Pero ellas no han perdido las esperanzas de que eso ocurrirá “antes que tarde”, para beneplácito de las familias de la barriada que tienen un sentido de pertenencia sobre la escuela monseñor Oscar Arnulfo Romero, lo cual ha permitido su subsistencia pues, además de un subsidio, reciben algunas colaboraciones de los padres en condiciones de hacerlo, por lo que “es necesario hacer milagros con lo que se consigue”.

Las esperanzas no se pierden

Los padres y representantes de El Trompillo Norte también están preocupados por la demora en el Ministerio de Educación para otorgar el ansiado permiso.

“Esta es una obra muy importante que ya debiera estar funcionando para que tanto niño de la zona pueda seguir estudiando sin necesidad de salir a otro sector”, dijo Ricardo Guanipa, representante. De igual manera se pronunciaron Jenifer y Joselimar Camacaro, también representantes, quienes ya piensan lo que tendrán que hacer con sus hijos cuando terminen la primaria si el nuevo liceo de Fe y Alegría no está funcionando para entonces.

Las esperanzas no se pierden y cada día son muchas las oraciones para que el nuevo jefe de la Zona Educativa, profesor José Vicente González, les visite y se agilice el permiso tan necesario.

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