Los Cocodrilos de Caracas fueron proclamados campeones de la edición 2013 de la Liga Profesional de Baloncesto, en su cuadragésima temporada, al derrotar a los Marinos de Anzoátegui, 63-61, en el séptimo juego de la serie final, disputado en el gimnasio Luis Ramos de Puerto La Cruz e inconcluso a causa de una lluvia de objetos contundentes que generó zozobra y obligó a los visitantes a resguardarse en su camerino, a falta de 3.8 segundos para el final del último cuarto de tiempo regular.
La interrupción del juego se produjo tras una incidencia en la que, en la lucha por el balón, el forcejeo motivó que el último contacto de la misma fuese sobre la pierna de Leon Rodgers antes de salir por un costado. Cocodrilos recuperaba la posesión con dos puntos de ventaja, el coach Henry Paruta reclamó y le sancionaron falta técnica.
Fue entonces cuando se iniciaron los disturbios que hicieron salir hacia los camerinos a los jugadores visitantes e incluso motivaron a que los del bando local decidiesen retirar personalmente a sus familias de la instalación a causa de la lluvia de botellas, una de las cuales impactó al presidente del acorazado oriental, Carlos Silva.
José Rafael Gómez, presidente de la mesa técnica de este cotejo, otorgó los lapsos de 15 y 10 minutos que dictamina el reglamento del circuito para esperar a que las fuerzas públicas y el equipo anfitrión pudiesen reestablecer el orden y garantizar condiciones mínimas para concluir el juego. Por ello procedió luego a declarar campeón a Cocodrilos.
Hasta ese momento el juego había sido parejo y luchado. Ambos quintetos habían compartido el dominio de la pizarra. Andre Emmett ayudó a Cocodrilos a tomar el primer cuarto con su puntería, 19-15. Sin embargo, Gregory Vargas fue la figura en el segundo parcial al propiciar la reacción de los anfitriones y ayudarlos a colocarse al frente, 39-34.
Marinos apenas anotó diez puntos en el tercer cuarto y eso lo aprovechó Cocodrilos para acercarse a 49-48 con muy buena defensa y una labor encomiable en la zona pintada, en especial del criollo Windy Graterol. Durante el último cuarto, los rebotes ofensivos y las faltas tácticas se volvieron protagonistas.
No obstante, el incidente antes citado dio al traste con un final netamente deportivo. Andre Emmett (Cocodrilos) fue declarado Jugador Más Valioso y por tercera vez el básquet rentado nacional tiene un final poco deseado.
En 1974 fue una huelga de árbitros y en 2003 la no presentación de Gaiteros del Zulia al séptimo juego lo que propició que Marinos fuese declarado campeón por decisión de la comisión técnica, en una campaña manchada desde las semis por una herida sufrida por el estadounidense Kerry Blackshear en Caracas y que propició la eliminación de Cocodrilos por confiscación de ese duelo.
Luego, en el sexto juego de la final, una botella impactó al presidente de Gaiteros, Alirio Romero, y eso motivó la negativa de los musicales a disputar el siguiente choque en Puerto La Cruz.
