«Creo que el periodismo en cualquier lugar debe basarse en la justicia social, la imparcialidad y en hacer contribuciones a la sociedad, así como de asumir la responsabilidad. Sean capitalistas o socialistas o marxistas, los periodistas deben tener la misma integridad profesional” – Tan Hongkai
De Judy Polumbaum, Tinta china: El rostro cambiante del periodismo chino
Sus amigos lo admiramos, sus enemigos lo respetan. Su fama de acucioso investigador, reportero curioso y periodista bien dateado ha sido bien ganada. Nelson Bocaranda es el comunicador social más conocido de Venezuela, sus programas de radio siempre han estado entre los más escuchados y su columna en El Universal, la más leída y esperada.
“¿Ya leíste los Runrunes?” es pregunta obligatoria de quienes recomiendan fuentes confiables. “Nelson dijo en los Runrunes que…” es la afirmación que garantiza su credibilidad. Y es que en tantos años informando, nadie ha desmentido sus informaciones. Por eso le tienen pánico. Porque lo que dice, es lo que es.
Quienes pensaron que no acudiría a declarar en calidad de testigo a la Fiscalía y anunciaron con bombos y platillos que Nelson Bocaranda se había quedado en Miami –algo así como una suerte de prófugo- han debido quedarse con los ojos claros y sin vista cuando a las diez de la mañana en punto del día 11 de julio, se presentó Nelson a cumplir con el Ministerio Público venezolano. Es que los cobardes no pueden concebir que alguien se comporte con valentía.
Como él mismo lo dijo, el gobierno espurio le pasa la factura por haber informado con precisión desde el primer día lo que el Minpopo de Información ha debido informar y no lo hizo: la enfermedad del presidente Chávez. Los tiene literalmente enloquecidos no haber podido encontrar la fuente, que obviamente estaba muy, muy cercana al enfermo. Sus informes eran de tal rigor y exactitud que yo llegué hasta a pensar que no era posible que el gobierno no descubriera, a través de sus espías del G2 cubano, quién le pasaba los datos. Porque no fue uno, ni dos, ni tres… fueron cientos de datos. Tal vez por eso se quieren traer a Snowden, para ver si un espía gringo puede lograr lo que los resabidos cubanos no pudieron.
“Todo esto es un cobro de factura porque yo le informé al país la verdad sobre el presidente Chávez… declaró con tranquilidad Bocaranda a los medios al salir de la Fiscalía.
Si yo no hubiera revelado la información no la hubieran dicho. Es por eso que se están tratando de vengar. Mi información fue cierta veraz. Tan es así que el presidente reconoció que había sido cierta”…
La acusación que pretenden endilgarle es tan fácilmente desmontable que solo en un país en donde los fiscales y jueces se venden al mejor postor puede prosperar. ¿Cómo va a ser “instigar a la violencia” tuitear que «informan que en el CDI de La Paz en Gallo Verde (Maracaibo), hay urnas electorales escondidas y los cubanos allí no las dejan sacar»?…
“Yo creo que esto es parte de esta violencia desatada por el propio gobierno… ¡Claro que es parte de esa violencia! Bastó ver a los tarifados de siempre vociferando improperios a la puerta del Ministerio Público para constatar, una vez más, quién es el violento, quién instiga a la violencia, quién se conduce con violencia.
Nelson tiene que sentirse muy satisfactorio de haber recibido tantísimas manifestaciones de apoyo. En la vida se cosecha lo que se siembra.
A ti, Nelson, a quien conocí cuando apenas comenzabas tu carrera en televisión en una fiesta en casa de mis tíos Rafael y Nancy Branger. Yo era todavía una niña y el lunes en el colegio les conté a mis amigas que te había visto en persona. A ti, que aprendí a quererte a través de Bolivia, mi ídolo de los años de primaria, mi amiga del centro de estudiantes de cuya presidencia fui la delegada más joven. A ti, respetado compañero de prensa escrita y radio. A ti, con quien he tenido la fortuna de compartir tantos momentos gratos, desde esta humilde trinchera te digo: aquí estoy.
Ahora que por valiente te toca vivir momentos ingratos, cuenta conmigo.
@cjaimesb
