La muerte del teniente coronel de los bomberos metropolitanos de Caracas, Carlos Rodríguez, es simplemente consecuencia de la negligencia y la corrupción que existe en el Instituto Venezolano de Seguros Sociales (IVSS) y por supuesto el gobierno del Distrito Capital, que no cancela los fondos auto-administrados en materia de salud.
La denuncia fue realizada por el diputado de la Asamblea Nacional, Oscar Ronderos, quien informó que en 2013 han fallecido tres efectivos bomberiles, por las razones antes mencionadas y lamentablemente ninguna institución del Estado ha abierto una investigación al respecto.
Destacó que no se trata de una guerra entre las clínicas privadas y los hospitales públicos, sino que se trata de la vida de los venezolanos que trabajan en instituciones públicas.
«La negligencia del Distrito Capital por no pagar el fondo administrado directamente por esta entidad para la cancelación del seguro médico de sus trabajadores a distintas clínicas de la ciudad, ha producido la muerte de tres funcionarios bomberiles en los últimos 9 meses, a saber: Robert Rodríguez, capitán de bomberos (octubre 2012), el Sargento Segundo José Graterol, que después de haber sido ruleteado por varios hospitales también falleció, en junio 2013 y el último caso, más escandaloso y complejo, el del Teniente Coronel de los Bomberos, Carlos Rodríguez, quien tenía cuatro fracturas sangrantes en huesos largos y fractura de pelvis y fue llevado a la policlínica La Arboleda, donde se le prestaron los primeros auxilios y se le suministraron analgésicos», precisó.
En este sentido, precisó que cuando el centro asistencial solicitó la clave de emergencia para intervenir quirúrgicamente al funcionario, la misma fue negada, por falta de pago.
«Ante el requerimiento de la cobertura de hospitalización y cirugía, la médico de guardia informó que no tenían dicha protección, por lo que Rodríguez tuvo que ser trasladado al hospital Miguel Pérez Carreño, a las 8:30 am, donde fue evaluado en el área de emergencia vista la gravedad de sus lesiones. Sin embargo, no fue sino hasta las 5:00 de la tarde cuando fue intervenido (10 horas sin recibir tratamiento médico) y minutos más tarde resultó muerto. Entonces, lo que en realidad pasó fue que se le produjo una trombosis, producto del ingreso de grasa en las arterias coronarias del funcionario bomberil, dado el largo tiempo de espera», relató Ronderos.
Además de todo esto, el diputado por la MUD aseguró que el gobierno del Distrito Capital tiene un deuda multimillonaria con las clínicas privadas del país que, en el caso de la Policlínica La Arboleda, alcanza casi los 8 millones de bolívares, lo cual, evidentemente, impide que las instituciones de salud presten un buen servicio que preserve la vida de los ciudadanos.
«Pero entonces los hospitales no tienen personal médico ni insumos y es por esta ausencia que cientos de venezolanos pierden diariamente su vida a la espera de atención médica de calidad para todos. Eso es negligencia y el único responsable, es el Gobierno Nacional. No es posible que los Bomberos, dedicados a salvar vidas, pierdan la suya por negligencia de los órganos de gobierno», aseguró.
Instó al gobierno del Distrito Capital a asumir su responsabilidad, cancelar sus deudas y responder por la vida de sus trabajadores y ciudadanos en general.
Finalmente adelantó que solicitó un derecho de palabra para denunciar estos hechos en la plenaria de la Asamblea Nacional para la próxima sesión ordinaria y ante la Comisión de Derecho Social.