Musical Chicago y Maduro

Chicago, película ganadora de 6 Oscar, donde se conjugan la música, la danza, el drama y la comedia, centrándose alrededor de una joven cantante del interior de los EEUU (Roxie Hart) venida a la Ciudad de los Vientos como se le conoce esta populosa urbe buscando fama y fortuna. Las oportunidades existentes en el medio artístico deslumbran a Roxie (Renée Zellweger), una inocente pueblerina que sueña con emular a la estrella local Velma Kelly (Catherine Zeta-Jones) para salir de su vida mediocre y logra que su deseo se haga realidad accidentalmente cuando es puesta en prisión junto a Velma.
Esta dos mujeres del mundo del espectáculo compiten entre sí por conseguir notoriedad usando el asesinato de sus respectivas parejas para lograr que su caso judicial sea el centro de atención tanto de la prensa como de un conocido y apuesto abogado, Billy Flynn (Richard Gere), quien se hace cargo de la defensa.
Los elementos de comedia se aprecian en los trucos usados por ambas mujeres para llamar la atención, valiéndose diariamente de diferentes recursos dramáticos de actuación que conmueven a un influenciable público para así mantener una popularidad que les permite ocupar los titulares de las primeras planas de la prensa, siempre ávida de noticias pero fugaz en sus intereses que las lleva constantemente a ingeniarse nuevos shows, descubriendo que el escándalo también conduce a la fama tanto o más que el talento.
La actuación de Renée Zellweger en este musical es extraordinaria y les recomiendo que si no la han visto lo hagan para que así puedan entender el pescuezeo de Maduro (Roxie) con los presidentes Correa de Ecuador (Velma) y Evo de Bolivia (Billy) quienes se disputan el protagonismo de los titulares de prensa para alcanzar la fama, pilar fundamental del poder, ahora y siempre.
Además de que Roxie logra un fortalecer su endeble y desmejorada figura al robarle parte del showden mediático a Velma y a Billy sacándole punta a los truculentos casos del espía norteamericano y de la detención del avión de Evo, excelentes elementos para nuestra propia  película que pudiéramos titular “Lo que el Papel Higiénico se llevó”.