“Mira, mira……..me está buscando el pajarito”

Estas no es la frase que corresponden a la estrofa de una canción, sino palabras emitidas recientemente en una de sus cadenas de radio y TV por el mandatario nacional, en donde hasta los que estaban presentes entre risas y asombros mostraron una actitud de sorpresa.
El actual gobierno posee en este momento tres características que lo distinguen de otros por ser muy peculiar: Es un gobierno folklórico, hazmereír de todos y, sobre todo, poco serio, cuando su principal representante (actual Presidente) en cadena nacional, vuelve con el cuento del pajarito que «lo mira y le canta y no es otro que Chávez». Espero que en uno de esos delirios no aparezca una “bandada de pajaritos” porque eso confundiría el panorama y nos preguntamos ¿y cómo va a distinguir cual es Chávez o todos son Chávez?
Cuando aparecen estos tipos de delirios, algo  grave está pasando con el pensamiento y el lenguaje que emite el individuo, veamos por qué.
Cuando decimos que un individuo tiene un comportamiento ajustado a la realidad es porque hay correspondencia entre sus ideas, pensamientos y lenguaje elaborado, bien sea éste gestual u oral, es decir, se puede mencionar que estamos ante un individuo en quien sus pensamientos o patrones cognitivos son normales, asumiendo responsabilidad por lo que dice y por lo que hace, pero cuando aparecen distorsiones del pensamiento, ya esto es un indicativo de que en el comportamiento o en los procesos cognitivos que se observan en el individuo ya no hay correspondencia entre lo que dice y lo que hace y su lenguaje lo que manifiesta son ideas delirantes cuyas expresiones bien sea verbales o gestuales se acentúan de tal manera que hace que sus pensamientos no dependen de él sino del mundo exterior o de elementos externo, que asumen el control o “manejan su conducta o comportamiento”, no asumiendo así responsabilidad de sus actos, sino que hace las cosas porque actúa por intermedio de otro y así sus pensamientos son hechos o ajenos o externos, lo que hace que sean impuestos, Ahí hacen sus apariciones los delirios y toda o en casi todas las actuaciones del individuo se hace referencia a otro quien es “el que me dice o me habla” y se aparece a través de simbologías irreales, que lo  hacen  actuar o tomar decisiones producto de esa “realidad” construida desde afuera.
Esto resulta grave cuando la persona con ideas delirantes y tiene una alta envestidura, ya que sus actuaciones o pensamientos se hacen recurrentes y pueden conducir al país a un desastre cuyas consecuencias resultarían hasta impredecibles, ya que las decisiones que toma no son producto del esfuerzo o del análisis propio o real de un equipo de trabajo, liderizado por él, sino producto de agentes externos  que están fuera  de la realidad, de “ultra tumba” como es el caso que estamos viviendo actualmente en nuestro país.