Cárolim es una talentosa y polifacética artista que lanza al mercado musical su segunda producción discográfica con el tema “Desde mi cárcel”, en sus dos versiones, tecno-cumbia y balada. El álbum tiene por nombre «Contrastes» y consta de nueve temas.
“Desde mi cárcel” fue escrita por Ernesto Castellanos y los arreglos son de Ronald Sifontes y Elías Vera. El disco se titula «Contrastes» por no tener un género definido, ya que contiene desde baladas, hasta una tecno-cumbia, pasando por la bossa nova y hasta un pop latino. Los temas son “Dame”, de Ernesto Castellanos; “Te uso”, de Diomari Montoya y René Carrero; “A tu lado”, de Anton Mena y Javier Busto; “Anhelante”, de José Sifontes; “Sortilegio”, de Hildebrando Rodríguez, y “Pasiones”, de Oscar Martínez.
Cárolim Montoya es licenciada en música, en las menciones dirección coral y canto de la Licenciatura en Música de la Universidad de Los Andes. Su formación vocal estuvo a cargo del profesor William Alvarado.
Además, ha sido cantante solista en Chile, siendo invitada especial en las fiestas patrias de ese país, y como directora de coros en Brasil, Italia y Chile. En mayo de 2004 grabó su primera producción discográfica: «Un día cualquiera», como cantante solista popular. También ha grabado tres producciones discográficas como directora de coros.
En abril de 2011 realizó una especialización en canto en el Instituto Profesional Projazz de Santiago de Chile. Actualmente se desempeña como directora del Ensamble Vocal Bayeribrai, es integrante de la agrupación Al Signo Trío y como profesora de canto en la Academia de Canto Matices, la cual dirige.
– Como buena melómana, ¿no tienes un estilo definido?
– La verdad amo el bolero, la balada, la pop balada y el bosanova porque son mis géneros fuertes, pero el haber incursionado en la música tropical me ha hecho crecer mucho como cantante. Son géneros que requieren de mucha fuerza. Casualmente mi primer disco también incluyó la salsa y la cumbia. Esta segunda placa discográfica tiene que ver mucho con los arreglos que Ronald Sifontes hizo de las piezas, las fusiones que utilizó fueron muy interesantes y me encantaba cada vez que iba al estudio a grabar cada una de las piezas.
– De coral a una música más comercial, ¿qué incidió en esa definición?
– Comencé desde los 16 años en la coral Monseñor Vicente Alarcón y dirigí una coral infantil. Luego formé parte del Orfeón Universitario de los Andes como jefe de cuerda de las sopranos. Al mismo tiempo comencé a trabajar en sitios nocturnos y fiestas privadas como cantante solista. Así que la música coral-académica y la música comercial en mi vida han estado presentes al mismo tiempo. Sí hubo un momento en que me alejé mucho del ámbito popular, pues empecé a estudiar canto lírico y dirección de coros. Con esta nueva producción quiero regresar al ámbito de la música comercial y poner toda mi energía en ello.
– ¿La preparación académica ayuda a un cantante?
– En todos los sentidos. En una escuela de música te enseñan materias tanto teóricas como prácticas que te ayudan en la formación como músico… Aprender solfeo, armonía, historia de la música, contrapunto, el estudio del piano, entre otras te abre muchas puertas; aunque debo señalar que las escuelas de música deben abrirse más al ámbito popular, porque si bien es importante el mundo académico para un músico, el mundo popular es el otro lado de la moneda al que hay que dar la misma importancia y respeto.
– En fin, sus espectáculos son variados
– He tenido la gran oportunidad de ser cantante popular, cantante coral, cantante lírica y directora de coros. Lo que me ha favorecido como cantante e intérprete… Creo que el haber cantado un poco de cada estilo, desde un Aria de Mozart hasta un merengue de Olga Tañón te da un sentido de respeto a cada género musical porque cada uno de ellos te enseña de una manera particular a interpretar la música. Siempre le digo a mis alumnos que no importa el género musical que escojan, que lo importante es hacerlo bien… sobre todo porque el público merece respeto.