Un jefe de la mafia italiana, considerado por la policía de este país como el mayor traficante de cocaína del mundo, llegó a Italia este sábado deportado desde Colombia, donde el viernes fue arrestado en un centro comercial con un documento de identidad venezolano falso.
Según la información de diversos medios, Roberto Pannunzi, de 65 años, sonrió a su llegada al aeropuerto Fiumicino de Roma en un vuelo regular de Alitalia escoltado por la policía italiana y colombiana y vestido con un polo blanco y pantalones negros.
Conocido por las autoridades colombianas como el «Pablo Escobar italiano», Pannunzi es miembro de la mafia calabresa del sur de Italia, la ‘Ndrangheta, pero mantiene lazos estrechos con los cárteles de la droga colombiano y mexicano, así como con la siciliana Cosa Nostra.
Los investigadores dijeron que Pannunzi, conocido por sus socios como «Bebe», organizaba envíos masivos de cocaína desde Sudamérica a Europa, pero logró conservar relativamente el anonimato en el mundo criminal.
«Bebe no es un mafioso ni un asesino, Bebe es un negociante», dijo Roberto Saviano, un periodista de investigación italiano que publicó un libro sobre el comercio mundial de cocaína a principios de este año.
Pannunzi, que debe cumplir una condena de 16 años y medio de cárcel en Italia y estaba en la lista de los más buscados de Interpol, fue detenido en Bogotá en una operación conjunta de la policía de Colombia y la Administración de Lucha contra las Drogas de Estados Unidos (DEA).
«Es el principal importador de cocaína del mundo», dijo Nicola Gratteri, subjefe de los fiscales de Reggio Calabria (sur de Italia), feudo de la ‘Ndrangheta.
«Es el único que puede organizar compras y ventas de partidas de cocaína de 3.000 kilos y más», explicó.
«Pannunzi es el único que puede vender tanto a la ‘Ndrangheta como a la Cosa Nostra. Es sin lugar a dudas el narcotraficante más poderoso del mundo», afirmó.
La ‘Ndrangheta está basada en Calabria y es una de las principales organizaciones en el narcotráfico internacional. La mafia siciliana es conocida como la Cosa Nostra.
El arresto de Pannunzi es considerado como una importante victoria en décadas de lucha para acabar con una de las rutas de la droga más lucrativas del mundo.
«Su arresto podría cambiar la historia del narcotráfico en Italia e internacionalmente», aseguró Saviano.
«Cambió la forma en que opera el negocio, comprendió la nueva dinámica del mercado de la cocaína», añadió.
«Él recolectó dinero de las diversas familias, a menudo familias rivales, y compró cocaína en Colombia. Él podía administrar flotas de barcos para traerla a Europa», explicó.
En abril, Colombia capturó a otro presunto jefe mafioso, Domenico Trimboli, que supuestamente ejercía de vínculo entre el cártel de la droga de Medellín y la ‘Ndrangheta.
Pannunzi había escapado de una clínica de Roma donde se encontraba bajo arresto domiciliario en 2010, repitiendo una fuga similar llevada a cabo en 1999.
Antes había había sido detenido en un funeral de la mafia en Colombia en 1994. Se dice que en esa ocasión ofreció a los oficiales que fueron a arrestarlo un millón de dólares en efectivo para que lo dejaran partir.
Los medios de comunicación italianos indicaron que Pannunzi fue el mediador en la liberación de un jefe de la mafia siciliana tomado como rehén por narcotraficantes colombianos debido a un acuerdo que fracasó.
Es conocido por su elegante vestimenta y durante los años 1980 una de sus tapaderas mientras ascendía en el comercio de la heroína era un trabajo en un lujoso negocio de moda romano al que le puso el nombre de «Papavero» (Amapola).
Una vez, para organizar un gran envío desde Colombia a Europa compró un contenedor griego con dinero en efectivo, el «Mirage II». La operación salió mal y el barco se hundió, perdiendo su lucrativa carga, se informó.
Gratteri explicó que el viernes durante su arresto, Pannunzi dijo a la policía que estaba enfermo.
El subjefe de los fiscales de Reggio Calabria espera, sin embargo, que el presunto narcotraficante no sea colocado nuevamente bajo prisión domiciliaria en un hospital italiano.
«Podría intentar una tercera fuga. (…) Es agotador tener que recorrer el mundo para encontrarlo cada vez que escapa», dijo Gratteri.