La ciudad como tema – Invasiones (2)

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En la entrega anterior señalábamos que las invasiones son el resultado de procesos socioeconómicos que empujan a la gente a invadir cuando no tienen mejores opciones para resolver su carencia de viviendas. Decíamos que si bien las invasiones resuelven parcialmente el problema de la vivienda tambien crear problemas urbanísticos y sociales muy graves que luego resultan difíciles y costosos de resolver. Al mismo tiempo las invasiones muestran la capacidad de la gente para transformar un rancho miserable en una vivienda consolidada, siempre que las circunstancias se lo permitan.
Los problemas que generan las invasiones son muchos. En primer lugar la gente se asienta desordenadamente, sin un proyecto urbanístico que determine si el terreno es geológicamente apto, que defina un trazado racional, de los anchos suficientes de vía y reserve los espacios para los futuros servicios (escuela, medicaturas, parques, puntos de vigilancia, etc.) que eventualmente podrán desarrollarse si la tierra está disponible. Cuando el trazado es desordenado se hace más costoso dotar el área de agua potable, cloacas y electricidad. Además, la invasión suele hacerse con parcelas tan minúsculas que resultan en un montón de ranchos apiñados, lo que no es la mejor forma de hacer ciudad.
Con frecuencia las invasiones afectan terrenos privados que sus propietarios tenían destinados para desarrollos formales, proyectos que deben suspenderse a veces de manera definitiva con graves pérdidas económicas y con el resultado de el propósito de una ciudad bien planificada se ve alterada en términos de pérdida de trazados, viviendas y servicios de calidad. La cancelación de inversiones en la construcción puede implicar pérdidas de miles de empleos directos que no son compensados por los empleos que puedan generar las invasiones, cuyas obras de construcción son básicamente por autoconstrucción. Además, en la medida que las invasiones no son enfrentadas, cunde la desconfianza entre los constructores que prefieren orientar sus inversiones hacia áreas menos riesgosas.
Naturalmente, por fundamentales razones éticas, estas pérdidas hay que confrontarlas con las necesidades de los invasores, requeridos ellos tambien de un espacio donde vivir y progresar. Una ciudad medianamente incluyente debe haber espacios tanto para los constructores formales como para los informales. Estos tienen derecho a la vivienda, pero tambien la tienen los otros grupos y clases sociales. Un gobierno de socialismo socialdemócrata buscará conciliar ambas necesidades.
Está el aspecto de la calidad de las edificaciones en las que se van transformando los ranchos originarios. Estas viviendas muestran el ingenio y la voluntad de sacrificio de sus constructores pero tambien reflejan las insuficiencias técnicas y las limitaciones de recursos con que se las construyen. El resultado final puede ser una casa muy bien construida o un peligroso desastre. Muchas ciudades del país están llenos de casas que fueron ranchos o de ranchos que están en proceso de convertirse en viviendas consolidadas y los desastres naturales afectan por igual a casas consolidadas y ranchos con su secuela de muertos, heridos y de muchas familias desplazadas que deben buscar otro sitio y recomenzar el ciclo “invasión-rancho-casa”. Recuérdese el caso de Vargas: las zonas arrasadas ya están otra vez en proceso de ocupación por ranchos y, eventualmente, otra tragedia puede ocurrir.
Aunque en Venezuela se han ensayado diferentes enfoques al problema de la vivienda de interés social, el problema no ha hecho sino crecer, lo que ha llevado a muchos s afirmar que dentro del capitalismo no hay modo de resolver estos déficits. Una consecuencia de esta afirmación es que entonces solo la destrucción del capitalismo y su superación mediante el socialismo marxista, el comunismo, se podrá comenzar a resolver este problema. Pero esta afirmación es demasiado general y olvida que en muchos países capitalistas este problema ya se ha superado o se ha llevado a dimensiones manejables mientras que en ningún país socialista marxista se resolvió el problema. En Cuba y la antigua Unión Soviética lo que se hizo fue empaquetar a las familias dentro de casas y apartamentos de varias habitaciones. Los ranchos no se veían porque estaban dentro de las casas.
Próxima entrega: algunas estrategias para atacar este problema.

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