Restablecer los equilibrios macroeconómico básicos, recuperar la estabilidad en los precios y en el tipo de cambio y alcanzar un crecimiento económico sostenido, es lo que recomienda la Academia Nacional de Ciencias Económicas, para revertir la actual crisis que vive el aparato productivo nacional.
Admiten que no es tarea fácil alcanzar estos objetivos, tampoco se pueden lograr en forma inmediata, por lo que recomiendan emprender profundas reformas estructurales que implican la reversión de muchas medidas de política económica, la profunda modificación del marco legal y la mejora en la calidad de las instituciones claves para el funcionamiento del sistema económico, siendo estas las conclusiones del coloquio “Alberto Adriani”, dadas a conocer al país a través de un comunicado.
Señalan inicialmente que Venezuela atraviesa actualmente por momentos difíciles en lo económico, con indudable repercusión en la vida de quienes habitan en ella. La frustración y la desilusión que ensombrecen el espíritu del venezolano se asocia a la aceleración del proceso inflacionario, a la consecuente devaluación del bolívar, al subempleo, a la escasez de bienes y a la inseguridad jurídica y personal, con impactos sociales que lamentar.
Admiten que las dolencias socioeconómicas, que datan de por lo menos dos décadas atrás, se acentuaron en los últimos catorce años, como resultado de haber profundizado la ineficiencia de las políticas económicas tradicionales que promueven el consumo y desestimulan el trabajo y la inversión, impidiendo desarrollar un sistema productivo capaz de diversificarse y ser competitivo a nivel internacional; mientras que el lapso 1999-2013 se ha caracterizado por el despilfarro de las divisas provenientes del petróleo y el desestímulo a las actividades del sector privado que, en alguna medida, habrían podido compensar los efectos de las equivocadas prácticas fiscales, monetarias, regulatorias y de controles excesivos.
Los académicos exponen un conjunto de razones, que han contribuido a profundizar los problemas estructurales de la economía venezolana, en la última década, a pesar de que el contexto externo ha sido extremadamente favorable.
Revertir esta situación
Advierten sin embargo, que no habrá recuperación económica ni abatimiento de la inflación, a menos que: se instaure un sistema eficiente de incentivos que promueva la iniciativa privada; se redefina el rol del Estado en la economía creando nuevas oportunidades para la inversión privada interna y externa, concentrando la actividad pública en la provisión de externalidades que contribuyan a ello, mejorando los servicios públicos y administrando las atribuciones propias del Estado que aseguren el bienestar de los venezolanos.
Se recupere la capacidad de inversión pública y privada, así como la gestión eficiente de los recursos petroleros para garantizar el apoyo al desarrollo nacional; se restablezca la independencia en la gestión de la política monetaria y cambiaria por parte del Banco Central; se imponga una disciplina fiscal que retome el gasto de inversión, impida el financiamiento con emisión monetaria y la manipulación del tipo de cambio; se instrumente una política cambiaria dinámica y competitiva que evite la especulación en materia cambiaria; se desmonten los controles en los precios, tasas de interés y en la disponibilidad de divisas, a la par que se flexibilice el mercado de trabajo y se reduzcan los impuestos y trabas al empleo formal; se promueva una política de integración económica que promueva el desarrollo del poder productivo nacional; se fortalezca la educación de calidad y la investigación científica, así como la capacitación de la fuerza laboral, para enfrentar exitosamente los desafíos de la competitividad internacional; se instrumenten políticas sociales destinadas a empoderar a los distintos sectores, capacitándolos y dotándolos de los activos requeridos para promover, de manera integral y eficaz, la equidad y una mejor calidad de vida.
Crecimiento sostenido
Si bien es cierto que no basta el crecimiento económico para mejorar el bienestar, crecer de manera sostenida es una condición necesaria para mejorar el nivel y la distribución del ingreso. Redistribuir a costa de la eficiencia del sistema económico, castigando la inversión productiva y los empleos de calidad, nunca será un camino hacia la prosperidad; las consecuencias de tal política son más que evidentes justamente en el caso venezolano, señalan los académicos.
Para la Academia estos son tiempos de cambio que, en esencia, exigen invertir y trabajar más, pero ello sólo es posible si se introducen cambios radicales en el marco actual de las diversas políticas económicas y sociales, en un ambiente de debate abierto para el intercambio de ideas, destaca el comunicado a la nación.
En estos momentos la presidencia de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, está a cargo del Dr. Luis Mata Mollejas.