José Alberto Pérez Reyes, de 22 años, junto con otros diez detenidos, logró fugarse del Centro de Coordinación Policial La Mata, en Cabudare, el pasado 4 de marzo, y desde entonces estaba prófugo. El lunes pasado, a las 6:00 de la tarde, Pérez Reyes fue recapturado en el sector La Conejera, de El Trompillo, por funcionarios del centro de coordinación policial de esa zona.
Una comisión en labores de inteligencia, lo pescó en una quebrada de la zona. Cuando vio a los uniformados corrió, lo persigieron, lo alcanzaron y al revisar su identificación y chequearlo a través de los sistemas informáticos descubrieron que era uno de los once evadidos de La Mata.
Está solicitado según oficio 3462 de fecha 13/03/13 asunto KP01-P-2012-022393 por el tribunal de juicio número tercero. Tiene prontuario por droga y robo y en Polilara lo consideran un hombre de alta peligrosidad.
Actualmente está encerrado en los calabozos de la comandancia policial, hacinado junto a otros 235 detenidos.
Aún falta por recapturar a nueve fugados del Centro de Coordinación La Mata: Yolber Arturo Vargas Bermúdez (27), Rawi José Díaz Fréitez (19), Williams Meléndez (19), Misael José Riera León (19), Yosmar José Colmenárez Peraza (23), José Eduardo Martínez Pérez (19), Oscar Armando Meléndez (19), Jesús Antonio Camargo Pereira (21) y Carlos Alberto Ganoa, porque Yosé Alfredo Linárez Rojas (20) ya había sido atrapado en El Jebe, al norte de Barquisimeto. El comisario Luis Rodríguez comenta que en lo que va de año 30 detenidos se han fugado de las celdas de su cuerpo policial y en el mismo lapso han logrado recapturar a unos 20.
Estima que en la calle hay en la actualidad 15 evadidos que representan para la sociedad una amenaza, porque se trata de delincuentes de alta peligrosidad, en su mayoría, que van a seguir delinquiendo.
En los calabozos ya no cabe un preso más
Los 675 presos que hay en Polilara actualmente representan el doble de los reos que hay en Uribana que no llegan a 350.
Rodríguez expresa que la solución sería que estas personas fueran trasladadas a un centro de reclusión donde asegura que sí hay las condiciones para albergarlos. “Nosotros tenemos calabozos muy pequeños y hechos de bloques; esas paredes las pueden romper los reos. En un centro de reclusión los muros de las celdas son de concreto armado y tienen varias capas de cemento para evitar cualquier evasión, pero nuestros espacio en Polilara no reúne las condiciones”.