Reflexión – Paseo a Chorrerón

Así llamamos la jornada de entrenamiento que recientemente celebramos los integrantes del Club Corredores del Oeste hacia las montañas de Buena Vista. Sector El Chorrerón. Una experiencia inolvidable. Y la razón fundamental de presentar hoy, de manera especial, una pálida imagen de lo que vivimos los 32 hombres, mujeres y niños que participamos, es motivarles se animen a involucrarse en estas actividades que además de ser muy baratas, la experiencia física, moral y espiritual es algo que no se pueden conocer por la experiencia de otros. !Hay que vivirla!
Una jornada dura, difícil y fatigante. 14 kilómetros de subida moderada que se convertía paulatinamente en un empinado ascenso hacia la cumbre. Subíamos hacia un territorio montañoso que pertenece a las últimas estribaciones de la Cordillera Andina, lo cual nos hace verdaderamente privilegiados. Podemos contarle a cualquiera, sin mentir, que escalamos parte de los Andes Venezolanos. Créanme, la fatiga propia del duro entrenamiento, no impidió disfrutar, a veces en solitario el trayecto trazado. Unos avanzan rápido y otros no. Es lo normal. Pero siempre hay control de seguridad.
Fascinante experiencia, encontrarse frente al farallón que mostraba a lo lejos, a la distancia, el cauce del río que poco a poco mermaba el ruido de su caudal. Esperanzador, toparse con el arduo trabajo del agricultor en las laderas. Pasar muy cerca de la pared escarpada cubierta de vegetación típica de la zona, oír el cantar mañanero de los pájaros en aquellos parajes solitarios, ver los cultivos de repollo y pimentón en las faldas, sentir la brisa tenue y refrescante que se mezclaba con el agrio sudor de nuestros cuerpos, todo, nos hacía recordar el maravilloso amor de Dios al hacernos partícipe de aquello. Por cuanto nunca, nunca, dudamos de su fiel y segura compañía.
La segunda parte no fue menos impactante. Cruzamos un límpido riachuelo que invitaba a quedarnos, pero no era lo acordado. Y se presentaba una cuesta más angosta, de terreno pedregoso con mayor dificultad. Pero, al observar las hermosas reses pastando sobre las verdes gramíneas humedecidas por el rocío de la mañana, palidecía el cansancio, solventaba la fatiga, caía el colirio para nuestras almas y seguíamos. Al mirar hacia adelante y hacia arriba, veíamos con alegría los compañeros élites que avanzaban sin parar. Apenas, se distinguían las camisetas de colores fosforescentes que hacían contraste con el verdor de la montaña y en el azul del cielo. Y se escuchaba el eco de algún grito de satisfacción ¡Eyyyyy! Y decíamos, para allá vamos nosotros.
Un domingo distinto, como dijo mi amada. Un día diferente. Un entrenamiento riguroso. Un momento, en el cual nos encontramos muy cerca de nuestro Creador. Comprobé, que el camino angosto, pedregoso y de difícil acenso encontrado, certifica el llamado desesperado del Señor Jesús y la Salvación. «Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a perdición, y muchos entran por ella.»Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos la hallan” Mat.7: 13,14. De eso hablamos ampliamente con nuestro amigo Omar Duin, mientras comíamos frutas y nos guarecíamos del frío y la suave llovizna que caía. Antes de disfrutar, la deliciosa comida servida por las valiosas corredoras.
Agradecidos primeramente a Dios por este regalo matutino. Pero también, al amigo José Roberto Linárez, corredor y dueño del fundo donde acampamos. Un anfitrión “Grandes Liga”. Al profesor Héctor Pérez (El Líder) y su esposa Yajaira Alvarado, incansables organizadores y motivadores de estas actividades. A cada una de las atletas, hermosas y valientes mujeres. María Escobar, María Valera, Elizabeth Dubín, Gisela Romero, Reina Rodríguez, Francy Guaidó, Daimar López, Dayana Rujano y Diana Cedillo. Cuya presencia fue un regalo y un incentivo adicional. Y finalmente, a los compañeros corredores, por cuya piel destila a borbollones, el amor, la entrega y la dedicación por esta disciplina. Gerson Lemus, Víctor Rodríguez, Omar Duin, Jorge González, Félix O. Amaro, David Gordillo, Luis Carrillo, Israel Valera, Juan Carlos Ramos y sus pequeños hijos Sergio, Moisés y Valentina. A José Suarez, Denny Gil, Eustoquio Morales, José Mujica, Dionisio Freitez, Gabriel Pérez y El Catire. Que inevitablemente contagian a otros con su entusiasmo. !Tal es mi caso! ¡El Altísimo les bendiga! !Nos encontramos el martes que viene, con el permiso de Dios! “La Biblia es el secreto de la supremacía inglesa”
La Reina Victoria.