Hasta ahora cualquier abogado tenía claro que el Tribunal Supremo de Justicia, a partir de la Constitución de 1999, estaba conformado por cinco salas, una de ella la Electoral, se creó esa jurisdicción especial para que conociera de una rama de Poder Público y así garantizar su autonomía.
La Sala Constitucional por sentencia de 20 de junio de 2013 borró el artículo constitucional 297 al resolver que esa Sala no estaba en condiciones para sentenciar las demandas de nulidad de las elecciones celebradas el 14 de abril de 2013.
Es insólito que tal sentencia muestre tanta preocupación con la sustanciación de tales expedientes y se adelante a robarles la jurisdicción imaginándose las pruebas a que está obligada a enviar el Consejo Nacional Electoral, autor del acto que dio como ganador a Nicolás Maduro. Ahí vendrían entre otras los Cuadernos Electorales.
Hay temblor en las firmas de los Magistrados, porque afirman que conocerán también todas las demandas futuras que se refieran al proceso comicial del 14 de abril de 2013, como lo llaman para evitar reconocer que se trata de la nulidad de la proclamación de Maduro. Ahora se sentencia sobre causas que no existen.
Pero pasemos al contenido de esta sentencia. Veamos su “argumentación”.
Primero, efectivamente la ley permite el avocamiento para conocer de asuntos que corresponde a otro tribunal cuando se “presuma la violación del orden público constitucional”; ahora bien, esta frase pareciera en principio dar aliento a los demandantes, pues esa violación se refiere a la que los demandantes han identificado como tal.
Segundo, la sentencia se da una vuelta en el aire y describe una lista de causales que no están en la ley para justificar quitarle los expedientes a la Sala Electoral y por eso cae en el terreno de las suposiciones. Se nos avisa que va a realizar “un análisis en cuanto al contrapeso de los intereses involucrados”, ¿quien contra quien? ¿Candidato vs Poder Electoral o Candidato vs Ciudadano?
La sentencia expresa que no le gusta que se cuestione “la transparencia de un proceso comicial de la mayor envergadura.” Estos expedientes ya están sentenciados, y no hay nada que esperar de la Sala Constitucional. La trácala electoral está validada.
¿Ahora que nos queda? Remover cielo y tierra, empezando por Henrique Capriles, quien tiene que sacar las pruebas y mostrar como lo dijo, la trampa que robó los votos a la mayoría de electores que votó por un cambio.