La ocupación de instalaciones emblemáticas de la entidad larense como La Flor de Venezuela y el Aeropuerto Internacional Jacinto Lara trajo a la memoria de muchos una gran cantidad de obras iniciadas hace años por organismos dependientes de Caracas que fueron dejadas inconclusas, abandonadas, sin tomar en cuenta los millones de bolívares invertidos y prácticamente perdidos.
En el municipio capital, Iribarren, lógicamente que la primera en llamar la atención es el terminal de pasajeros destinado a sustituir el antiguo de la avenida Rómulo Gallegos, una verdadera vergüenza para una ciudad como Barquisimeto, cuyo futuro sigue siendo incierto por los motivos políticos que le rodean.
En el interior del estado la situación es peor.
Morán
En este municipio existen varias obras sin terminar luego de la inversión de unos cuantos millones.
El comunicador social y abogado Antonio “Gato” Mendoza recuerda que en el año 2003 el gobierno Nacional expropió la finca Santa Teresa, en el caserío Boro, y construyó un lote de casas en el sector El Sarao, cerca de allí, donde serían ubicados los campesinos del proyecto. De esa finca invadida no han sacado un solo kilo de tomates y las casas permanecen cubiertas por el monte, desvalijadas, sin que haya sido responsabilizado nadie por ese derroche.
Pero también en El Tocuyo dejaron inconclusa la pista nacional de bicicross, la Casa del Ajedrez, la escuela para niños especiales Jesús Alberto Marrero Torrellas y el proyecto de la fábrica de cartón con derivados del bagazo de la caña de azúcar del central Pío Tamayo.
Jiménez
En Jiménez la situación es peor por la cantidad de obras inconclusas, comenzando por ese monumento a la desidia que es el gimnasio cubierto, iniciado en el 2001 para los Juegos Deportivos Nacionales Juveniles.
En Quíbor se agrega el museo antropológico, frente a la plaza Bolívar, el laboratorio fitopatológico, vía a El Tocuyo, el edificio para el Ministerio Público y el Cicpc, el terminal de pasajeros y últimamente el puente La Guardia, con casi cuatro años de espera.
Torres
En este municipio destacan el proyecto de riego Río Tocuyo, destinado al suministro de agua para siembras en La Otra Banda o norte de Carora, del que construyeron un gigantesco tanque, abandonado y ya deteriorado, así como la nueva sede del Cuerpo de Bomberos y lo que iba a ser una planta procesadora de leche, en la Lara-Zulia, en la cual se invirtieron, sólo en la primera etapa, 8.291.263.566 bolívares que se perdieron. Ahora anuncian un corredor turístico, pero tampoco hay esperanzas de que lo terminen algún día.
La Zona Industrial de Carora tampoco ha avanzado desde que inició durante el mandato de Pedro Domingo Oropeza como alcalde.
Urdaneta
Pocas obras han sido iniciadas por el Gobierno nacional en el municipio más abandonado del estado Lara, pero se recuerda la planta procesadora de sisal que funcionaría en el caserío San Miguel, destinada a crear 720 puestos de trabajo directos y 2.800 indirectos a la que asignaron 1.545.000 millones de bolívares a la empresa Venchisa (Venezuela-China) y apenas se construyó un galpón, con múltiples fallas que imposibilitan su uso.
Andrés Eloy Blanco
Sanare también ha sido engañada por el Gobierno nacional, comenzando con la cacareada Ruta Turística del Café, además de la aldea universitaria bolivariana, casas para el proyecto café, la escuela técnica Palo Verde, aún no concluida, aunque en servicio luego de larga espera, y la vialidad.
Crespo
Aquí no ha habido obra nacional de envergadura durante los últimos años, pero se recuerda que hace unos 40 se habló del proyecto para una nueva carretera Duaca-Barquisimeto, pero nada más pasó.
Simón Planas
El proyecto de lagunas de oxidación para Sarare, abandonadas luego de una millonaria inversión por parte del ministerio del Ambiente.
¿Pasará lo mismo con La Flor de Venezuela y el aeropuerto?
Fotos: Archivo