Está culminando otro año escolar y los más de mil alumnos de la Escuela Básica Nacional Hermanas Jiménez de Duaca continúan deambulando de un lado a otro, con la amenaza de que deben desocupar algunos de los locales que ocuparon durante los últimos meses.
La profesora María Ponte, directora de primaria, informó que son 626 alumnos a su cargo y otros 450 de educación media que llevan más de año y medio recibiendo clases en salones improvisados en diferentes inmuebles.
Son 170 de primero, segundo y tercero que están en el antiguo matadero de Duaca; otras cuatro secciones en la iglesia evangélica Canaán, y otras diez en diferentes lugares.
“Estamos regados en ocho espacios diferentes, algunos de los cuales nos los están exigiendo y no vemos que la construcción de la nueva escuela avance pues los trabajos allí están muy lentos”, agregó.
La docente, muy preocupada, dijo que no han podido dar vacaciones por los retrasos provocados por los improvisados salones de clases.
A la docente le apoya el dirigente social Asdrúbal Álvarez, del movimiento Crespo Activo, quien ha venido haciendo un seguimiento al problema desde hace tiempo.
“Ahí sólo están trabajando ocho obreros y por lo tanto no avanza la obra; además, no sabemos el padrinazgo que tienen en FEDE con la empresa Santa Elena que no ha cumplido el contrato suscrito de entregar en una fecha determinada los cinco edificios”, expresó Álvarez.
Cree que esa empresa debió haber sido sancionada hace tiempo, pero inexplicablemente no ha ocurrido, ni siquiera porque le entregaron, supuestamente, la mitad de los 36.877.476,14 bolívares del total del contrato de la nueva escuela.
“Pero tampoco los representantes de los organismos municipales y regionales, ni los diputados, muestran preocupación alguna por esa demora y mientras tanto los muchachos están condenados a seguir deambulando por sitios inadecuados para recibir educación, lo mismo que las y los docentes, que laboran sin condiciones de ambiente para hacerlo”, enfatizó Álvarez.
El profesor Daniel Segura, por su parte, manifestó que lo de la escuela Hermanas Jiménez es “una crónica de una suspensión anunciada” pues los trabajos de construcción de los edificios están prácticamente paralizados, con un reducido número de obreros.
Citó que, ante la ausencia de un representante de la empresa los obreros tuvieron que salir a pedir prestado sacos de cemento en ferreterías de Duaca porque no tenían material para trabajar.
“Y en FEDE no hacen nada para acabar con esas y otras irregularidades que los dueños de la contratista, que deben ser enchufados”, cometen desde que les dieron el contrato para tan importante obra para la comunidad duaqueña y del municipio Crespo en general.
Anunció para el martes otra asamblea de padres y representantes para decidir nuevas acciones de protesta a tomar.
Foto: Elías Rodríguez/Archivo