Caminito que un día – El otro Barquisimeto del Dr. Pascual Venegas Filardo (I)

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1. Con el título “El otro Barquisimeto”, el Dr. Pascual Venegas Filardo, entre el 10 de septiembre de 1982 y el 17 de junio de 1983. publicó en el diario “El Universal”, 40 artículos referidos al Barquisimeto de su infancia El primero de dichos escritos lo dedicó a Alberto Castillo Arráez con quien compartió tareas académicas en la Universidad Central de Venezuela y rememorando su relación en la etapa juvenil escribe: “Éramos para aquel entonces distante, un grupo de muchachos que nos gustaba la música. Varias veces salimos por las calles inmersas en las tranquilas noches barquisimetanas, a dar serenatas”.
Otros integrantes de esa generación citados por Venegas son Ramón Irigoyen Dotty, Raúl Agudo Freytes.
2. Uno de los músicos intérprete de guitarra o cuatro, mencionado por Venegas es Manuel Alberto López a quien cariñosamente llamaba “El Tuerto” de quien comenta que para esas noches de serenatas todo se llenaba con sus acordes.
3. Venegas recuerda su pasantía por la Escuela Municipal Yépez de la cual era director y único preceptor Francisco de Paula Briceño, barquisimetano nacido en 1885 que había casado con doña Blanca Canelón “dulce, bondadosa e inolvidable”. Allí estudió tercero y cuarto grado de primaria y el quinto de primaria superior.
Esta escuela funcionaba en el cruce de la calle Libertador (carrera 19 hoy y antes calle Real) y Páez (calle 31).
En esa misma esquina funcionó una escuela para niñas que dirigía Bolivia Tovar y enfrente una escuela gratuita dirigida por pastores evangélicos.
4. Briceño ganaba Bs 180 mensuales. Su esposa fabricaba conservas de leche y de coco, alfeñiques y melcochas.
5. En este escuela se cursaban las materias de Historia Patria, por Miguel Ángel Granado; Aritmética, por Bruño; Sistema Métrico Decimal, por Muñoz Tébar; Geografía de Venezuela, por Villegas Ruiz; Higiene y Moral y Cívica, por el Dr. Ramón E. Gualdrón; Gramática Castellana; Lectura, en el libro segundo de Montilla y en el quinto grado se agregaba Geografía Universal, de Schmidt.
6. Compañeros de Venegas en esta escuela fueron Daniel O´Callaghan, José Antonio Agüero, (a) El Tomate, José Ramírez, Carlos Linares, Luis Rodríguez, Pedro y Ramón Montesinos Camejo.
7. En la escuela Yépez, llamado así en homenaje al padre Macario Yépez, se daba clases los sábados sólo una hora y el resto de la mañana se dedicaba al juego de béisbol en el solar de la casona con sólo un lanzador, el receptor, primera, segunda, tercera base y el campo corto.
8. Venegas describe la plaza Miranda (hoy Bolívar) así: tenía 100 metros por cada lado, cercada con barandas de hierro pintada de verde, con ocho puertas, una en cada esquina y otras a mitad de cuadra, piso enladrillado, fuente en el centro “con copas de bronce donde se sembraron lirios”.
9. Jueves y domingo la banda marcial del Estado tocaba la retreta en una glorieta circular, situado en el ángulo suroeste de la plaza.
10. Contaba la plaza con una acera exterior y otra interior por donde el público se movilizaba especialmente los días de retreta bajo la dirección musical de Antonio Carrillo o Pompeyo Rivero a la que concurrían no menos de un millar de personas.
11. En esta plaza se encontraba rosa de montaña, cedros, caobas, crotos diversos, maporas. Bajo sus árboles se reunían Pedro y Ramiro Montesinos Camejo, José María Lucena, Juan de Jesús Rodríguez Escobar, Domingo González, Luis Rodríguez Bello, Raúl Agudo Freytes, Rafael Lugo, Argenis Román, Hernán Orozco Meleán, Pablo Domínguez, Francisco Giménez Parra y Pascual Venegas Filardo que, a veces, eran visitados por el general Pedro Lizárraga, presidente del Estado.
12. De allí salió una famosa serenata con piano montado en un camión que tocó Miguel Franco Palacios para agasajar a las jóvenes barquisimetanas Belisa Mujica, Cocó Martínez, las hermanas Peña y Egilda Oberto Alvarado.
13. Alrededor de la plaza, en las mansiones de estilo colonial construidas después de 1812, habitaban las familias Crespo, Briceño Torres, Ramos Oberto, Vilaró, Arráez, Alvarado según los recuerdos de Venegas Filardo.
14. El servicio de agua en Barquisimeto prácticamente no existía sólo a la parte baja de la ciudad se le suministraba agua una o dos horas cuando apenas se llenaban una o dos pipas que eran barriles de madera en los que se envasaba el cemento romano y cuyo interior se cubría con cemento para impermeabilizarlos.

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