El alemán Marcel Kittel (Argos) ganó al esprín la primera etapa de la edición 100 del Tour de Francia, con final en Bastia, y se convierte en el primer líder de la carrera en una jornada marcada por las caídas en la parte final del recorrido.
En una de las caídas más importantes estuvo implicado el español Alberto Contador, dos veces ganador del Tour (2007 y 2009) y uno de los favoritos al triunfo final.
Contador y el eslovaco Peter Sagan (Cannodale), otro de los hombres fuertes del pelotón, se golpearon en los hombros y en la espalda y entraron con retraso en la meta.
Con un escenario inesperado, Kittel, de 25 años, fue el más rápido en la meta de Bastia por delante del noruego Alexander Kristoff (Katusha), segundo, y del joven holandés Danny Van Poppel (Vacansoleil), tercero.
Se benefició de que otros favoritos como el británico Mark Cavendish, el alemán André Greipel, el australiano Matthew Goss o el propio Sagan se habían ido al suelo y no compitieron por la victoria.
Antes, en una soleada jornada en Córcega, se formó desde el kilómetro dos una escapada de cinco ciclistas; los franceses Jerome Cousin y Cyril Lemoine, el holandés Lars Boom y los españoles Juan José Lobato y Juan Antonio Flecha.
El pelotón manejó con comodidad a los escapados, que llegaron a tener cuatro minutos y 15 segundos de ventaja. Finalmente les atrapó cuando quedaban 36 kilómetros para el final.
Con todos los ciclistas juntos, empezaron las trampas, los nervios y el caos final. A la tensión propia de la carrera se unió el anuncio de la organización de que la meta de la carrera se trasladaba tres kilómetros debido a la presencia de un autobús del equipo Orica atascado y obstaculizando la llegada prevista.
En el último minuto el vehículo pudo ser desplazado, por lo que finalmente se pudo acabar en la meta original.
Mientras, muchos corredores se veían implicados en numerosas caídas, por lo que la organización del Tour decidió que todos se clasificaran con el mismo tiempo al final de la primera etapa.
