Este sábado, quienes se acercaron a la Flor de Venezuela con la esperanza de ingresar y hacer un recorrido por sus módulos antes de que inicien el proceso de “recuperación” anunciado por voceros del Gobierno Nacional, tuvieron que conformarse con verla de lejos, desde las avenidas Argimiro Bracamonte y Venezuela.
Luego de la toma ejecutada el viernes en el marco del decreto que le convirtió en Patrimonio Cultural de la nación, acto que la oposición calificó como un show político del PSUV, se esperaba que este sábado se observaría algún movimiento, en especial de algunos de los técnicos que se encargarán de ese proceso.
Sin embargo, nada de eso ocurrió y el monumento que permaneció durante unos cuantos años encajonado en partes en contenedores llegados procedentes de Alemania, estuvo este día completamente desolado.
Lo único diferente que los transeúntes pudieron observar fue una Bandera Nacional de mayor tamaño que la que estuvo flameando hasta el viernes en el asta ubicada al frente.
Igualmente, a un lado de la entrada se encontraba apostada una unidad de la Misión a toda Vida Venezuela, aunque ningún uniformado estaba visible desde la calle.
“Con tal no la vayan a poner peor que como está, como ha ocurrido con otras cosas tomadas por el Gobierno, dijo una mujer que caminaba por la acera de la avenida en compañía de un niño.
Se espera que el lunes cambie la situación y los encargados de la anunciada recuperación, dirigidos por el arquitecto Fruto Vivas, inicien su trabajo en el proyecto a ser ejecutado en cinco meses, de acuerdo con la promesa oficial.