“¡Guaros tenían que ser!”

Durante mi estancia en Trujillo durante los años 2000–2005, motivado por mis estudios de pregrado en Ciencias Políticas, tuve la oportunidad de intercambiar opiniones y puntos de vista con estudiantes del resto de Venezuela. Maracuchos, mirandinos y los mismos trujillanos brindaban al ambiente estudiantil una amalgama de experiencias que permitían horas de debate, primero académico y, luego, pura y simple mamadera de gallo. En esos tiempos coincidieron dos hechos que motivaron una interesante discusión; por una parte, durante un evento llamado Jornadas de Desarrollo Humano Sustentable se presentaron los directivos de Cecosesola para mostrar sus experiencias como cooperativistas y, por otro, en aquellos años el gobierno de Hugo Chavez vivía obsesionado por la idea de sustituir a la empresa privada por cooperativas identificadas políticamente con su ególatra persona.
La presentación de los cooperativistas larenses, por ser estos de extracción humilde y sencilla, deslució un poco por su talante más bien campesino antes que académico. Un muy burlón amigo y colega mirandino me dijo con su particular sentido del humor: “¡Guaros tenían que ser!”, mi defensa ante tamaña ofensa a mi terruño no se hizo esperar pero no fue tan efectiva como la de una profesora que había escuchado el comentario y dejó colar algunos datos, libro en mano, diciendo: “La pregunta de cómo abaratar el costo de los productos alimenticios para los sectores humildes de la población ha tenido una respuesta significativa en Barquisimeto. Iniciadas en 1983, las Ferias de Consumo Familiar han logrado reducir en un 40% los precios de venta al público de frutas y hortalizas, y en un 15 al 20% los precios de los víveres, beneficiando semanalmente a 40000 familias de esa ciudad de un millón de habitantes. Estas familias, principalmente de estratos bajos y medios bajos, obtienen mediante compras en las Ferias un ahorro anual que se estima en 10.5 millones de dólares. No lo digo yo, lo dice Bernardo Kliksberg Coordinador del Instituto Interamericano para el Desarrollo Social (INDES) del Banco Interamericano de Desarrollo en una Publicación de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe)”.
Aquella semana mi ego y yo no cabíamos en el Ateneo de Valera. La anécdota la recordé recientemente con mi amigo el burlón que siendo hoy un funcionario público se queja de lo difícil que es hacer entender a la gente que “no todo puede ser regalado, que la gente tiene que organizarse”. Ahora, el orgullo se me triplica. Lo afirmativo de nuestra identidad larense, a veces ignorada por nosotros mismos, es nuestro principal capital que, humilde, sencilla, con nuestro hablar alto y “cantaito”, es capaz de grandes cosas siendo un ejemplo para Venezuela y el resto del mundo. Nuestra cultura colaborativa, asociativa y solidaria es una herramienta para combatir la pobreza y mirar con confianza hacia el futuro.