El político, como es sabido, tiene como una de sus armas predilecta comparar la situación actual con los gobiernos pasados, tratando de sobresalir no en lo positivo en sí mismo sino desacreditando al otro. Por ello el gobierno actual suele reiterar una y otra vez la comparación con el pasado, y de cómo éste es culpable de todos los males; cuando esto parece poco creíble se recurre a los representantes del pasado hoy, por no decir “la derecha”, y en casos extremos al imperialismo. Siempre hay un culpable externo.
El problema para quienes intentan gobernar hoy el país es que tratan de representar un nuevo gobierno que nació envejecido, donde de palabra no pueden negar a su antecesor aunque de hecho lo estén haciendo en algunas áreas, corroídos por la realidad y el pragmatismo al que ésta obliga. Por ello, aún después de más de una década en el poder, es posible escuchar a un representante del gobierno que trata de evadir el problema de salud pública que tiene el país con el virus H1N1 comparando con el pasado.
En el fondo, quienes intentan gobernar hoy se enfrentan a un problema de base formativa, y es que su ideario político fue el de la revolución, y ésta solo puede darse a través del cambio radical. No fueron formados para gobernar, mucho menos dando continuidad a un proyecto agotado que negarlo sería la muerte política definitiva. La revolución envejeció, la utopía cedió paso a la realidad, y la única novedad pasó a ser la falta de novedad. “La magia” con la que el máximo líder del proceso hechizaba a sus seguidores ha desaparecido, y en pocos meses la realidad ha golpeado con tanta fuerza que solo queda espacio para el pragmatismo en la mente del venezolano.
Lo interesante de la historia es que no solo no se detiene, sino que es cíclica, y el gobierno de hoy será el pasado. No faltará quien se compare con éste, probablemente acusándolo de cientos de males, pero más interesante aún será ver quienes lo negarán, personas que hoy construyen su propio proyecto desde el régimen serán sin duda los señaladores más notorios.
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