El ex presidente Hugo Chávez fue galardonado el jueves con el Premio Nacional de Periodismo en Venezuela, un reconocimiento póstumo aplaudido por quienes lo consideran la «voz del pueblo» y recibido con indignación entre los que lo vivieron como «gran amenaza» para la prensa crítica.
Como todo lo relacionado con el fallecido líder socialista, la adjudicación del premio tiñó de polémica el Día del Periodista en la nación caribeña, donde oficialismo y oposición llevan 14 años librando una feroz batalla mediática en nombre de la libertad de prensa y la democracia.
El chavismo todavía llora la pérdida del «gran comunicador de la revolución», que convirtió sus maratónicos discursos en sello personal de su Gobierno y a los medios de comunicación en una de sus mejores armas políticas, gobernando en vivo y directo desde la televisión.
«El Comandante Chávez, él era el mensaje. Su vida, su ética, su capacidad de encarnar la historia de un pueblo se convirtió en un mensaje (…) que lo cambió todo», dijo el presidente Nicolás Maduro tras entregar el premio a María Gabriela Chávez, una de las hijas del dignatario.
«(Decir que) no se lo merece, es una de las cosas más viles, más bajas, más mezquinas que nosotros hayamos visto», agregó Maduro, quien no puede escapar a las comparaciones con el carisma personal y la capacidad retórica de su mentor.
Para el Colegio Nacional de Periodistas (CNP), la adjudicación de este premio extraordinario al alguien que no era un profesional del ramo es ilegal y además consideran que tampoco es la persona más indicada para recibirlo.
«Fue responsable del cierre de innumerables medios de comunicación durante su gestión gubernamental (RCTV, 33 emisoras de radio), dejando sin trabajo a decenas de colegas», dijo el gremio en un comunicado, agregando que el mandatario «sometía a escarnio público» a los periodistas incómodos.
Chávez acusaba a los medios privados de haber contribuido a su breve derrocamiento en abril de 2002 y cinco años después sacó del aire al canal RCTV, muy popular por sus telenovelas, asegurando que sus dueños seguían conspirando contra el Gobierno, una decisión muy criticada dentro y fuera del país.
Desde su emblemático programa dominical «Aló, Presidente», el militar se puso al frente de un poderoso sistema de medios públicos y comunitarios para contrarrestar las «mentiras de la burguesía y el imperio estadounidense», con discursos apasionados que inspiraban a sus seguidores.
«Logró demostrar con hechos cómo los grandes medios están al servicio de las grandes elites del poder. Hoy en día el periodismo le llega al pueblo, el premio de periodismo está en manos de profesionales humildes, de alta moral», dijo Vanessa Davies, directora del diario estatal Correo del Orinoco, en la ceremonia celebrada en el palacio presidencial de Miraflores.
Para sus adversarios, Chávez secuestró a los medios estatales y acorraló económica y jurídicamente a los medios críticos, abusando de sus potestades como jefe de Estado.
«El Comandante Presidente que cerró medios y acosó periodistas recibe hoy el Premio Nacional de Periodismo», se lamentó el periodista opositor Alberto Ravell, director de la web La Patilla y ex director del canal Globovisión.
El chavismo se resintió enormemente por la pérdida de su máximo referente y activo político, como mostró la disputada victoria de Maduro en las elecciones para sucederle tras su muerte en marzo a causa de un cáncer del que todavía se desconocen los detalles.
«Nos dejó el juego ganando. Pero nos dejó la pelota a todos, no se crean que fue a mí sólo. Un gigante como él es insustituible», dijo el mandatario, cuya popularidad está bajo presión por el espinoso panorama económico mientras su rival, el gobernador Henrique Capriles, lo acusa de fraude.
Por su parte, la oposición denuncia que las recientes ventas del canal opositor Globovisión y la Cadena Capriles, el mayor conglomerado privado de medios del país, a empresarios vinculados con el oficialismo terminarán de cerrar el «cerco informativo» sobre ellos.