La refinería de Amuay, la mayor de Venezuela con 645.000 barriles por día de capacidad, recupera finalmente sus niveles habituales de operatividad tras una explosión hace 10 meses que exigió la masiva importación de insumos y combustibles por parte del país perteneciente a la OPEP, según documentos internos de la planta.
La unidad de coquefacción retardada de Amuay se detuvo la semana pasada por una falla, sumando un nuevo percance a una larga lista de paradas no programadas desde el severo accidente de agosto. Sin embargo, la instalación opera a un 77 por ciento de capacidad, dentro del promedio de los últimos años, según un reporte operacional del Centro Refinador Paraguaná (CRP).
El CRP, integrado por las refinerías Amuay y Cardón en la costa occidental, sufrió el más severo accidente en la historia de la industria petrolera venezolana en agosto cuando la ignición de una nube de olefinas dejó más de 40 muertos y severos daños de infraestructura.
Amuay estaba procesando 494.000 barriles por día (bpd), mientras que Cardón trabajaba a 69 por ciento de capacidad hasta el 22 de junio, con una corrida de 215.000 bpd de crudo, agregó el reporte.
La unidad de destilación número cinco de Amuay, de 185.000 bpd, no pudo ser restablecida hasta abril, cuando buena parte de la infraestructura que resultó dañada con la explosión fue reemplazada, lo que había mantenido a la refinería operando bastante por debajo de sus niveles habituales.
Hasta ese momento, ocho meses después de la explosión, el CRP había estado trabajando a alrededor de 60 por ciento de su capacidad, pese a que Petróleos de Venezuela (PDVSA) prometió su normalización para diciembre.
La estatal dijo en abril que la entrada en operación de la destiladora permitiría elevar la producción de gasóleos y nafta, dos combustibles que se habían estado importando desde el 2012.
Escollos por superar
El documento especifica que Amuay tiene 10 de 51 plantas fuera de servicio en la actualidad -entre ellas el complejo de lubricantes-, mientras Cardón tiene 15 de 43 unidades detenidas, principalmente por falta de repuestos necesarios para realizar reparaciones e insuficiente suministro de insumos básicos.
Agrega que hay varias calderas y esferas de olefinas detenidas en Amuay y problemas con el suministro eléctrico en Cardón, lo que sumado a la parálisis de las unidades de proceso sigue requiriendo el intercambio diario de insumos entre ambas.
La falta de mantenimiento oportuno ha sido una constante en el circuito venezolano de refinación, así como en la vecina refinería Isla, operada por PDVSA en Curazao, que en la última década han sufrido fallas que limitan su operatividad.
Las horas de demora acumuladas en el primer semestre fueron más del doble de lo planificado en el CRP, según el informe.
Al 22 de junio, los inventarios de combustibles terminados de todo el CRP sumaban 495.700 barriles, menos de lo que consume el mercado interno venezolano en un día, lo que sugiere que la recuperación de las unidades ha sido progresiva, pero se sigue dependiendo en cierta medida de la importación de insumos.
Foto: Archivo