Científicos de la Universidad de California en Irvine (EE UU) han creado un compuesto sintético llamado SHK-186, derivado originalmente de una toxina de la anémona de mar, que aumenta la actividad metabólica y podría ayudar a tratar tanto la obesidad como la resistencia a la insulina.
Según publica Proceedings of the National Academy of Sciences, la SHK-186 bloquea selectivamente la actividad de una proteína que promueve la inflamación a través del canal de potasio Kv1.3. El estudio ofrece la primera evidencia de que este candidato a medicamento, que en marzo mostró resultados positivos en un ensayo clínico de fase I de seguridad, también puede funcionar contra la obesidad.
En pruebas con ratones obesos que consumían una dieta rica en grasas y en azúcar, la terapia SHK-186 redujo tanto la ganancia de peso como los depósitos de grasa blanca, el hígado graso, el colesterol y la concentración de azúcar en la sangre. Y todo ello gracias a que activa la quema de calorías de grasa marrón o parda a la vez que impide la inflamación de la grasa blanca y aumenta la función hepática. El compuesto no tuvo efecto sobre los ratones que consumían una dieta estándar, lo que sugiere que la alimentación que causa obesidad provoca la expresión de la diana Kv1.3.
La Universidad de California ha dado la licencia de SHK-186 a Kineta Inc., una compañía de biotecnología que está desarrollando este compuesto para el tratamiento de enfermedades autoinmunes, como la esclerosis múltiple, la artritis psoriásica y el lupus. También ha autorizado el uso de SHK-186 para el tratamiento del síndrome metabólico y la obesidad.
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