El presidente ruso Vladimir Putin rechazó abiertamente el martes la solicitud de Estados Unidos para que entregue a Edward Snowden, argumentando que el informante de la Agencia de Seguridad Nacional es libre de viajar a donde le plazca e insistió en que las agencias de seguridad rusas no han entrado en contacto con él.
Putin reconoció que Snowden se encuentra en la zona de tránsito de un aeropuerto de Moscú y que no ha pasado por las oficinas de inmigración de Rusia, lo que significa que técnicamente no se encuentra en territorio ruso.
Después de llegar el domingo en un vuelo procedente de Hong Kong, Snowden reservó un lugar en un vuelo de Moscú a Venezuela con escala en La Habana el lunes. Se suponía que luego viajaría a Ecuador a solicitar asilo, pero no abordó el avión en la capital rusa.
El paradero de Snowden era un misterio desde entonces. Las declaraciones de Putin representan la primera vez que las autoridades rusas dejaron en claro que saben dónde se encuentra.
Se ha conjeturado que las agencias de seguridad rusas podrían tratar de mantener a Snowden en Rusia para obtener información más detallada, algo que Putin negó.
«Nuestros servicios especiales nunca trabajaron con el señor Snowden y no trabajan con él ahora», dijo el presidente ruso en conferencia de prensa durante una visita a Finlandia.
Al opinar sobre la solicitud estadounidense de extraditar al filtrador norteamericano, Putin dijo que Rusia no tiene un acuerdo de extradición con Washington y por lo tanto no cumpliría con esta solicitud.
«El señor Snowden es un hombre libre, y mientras más pronto elija su destino final, mejor será para nosotros y para él», dijo Putin. «Espero que no afecte el carácter formal de nuestras relaciones con Estados Unidos y espero que nuestros aliados entiendan eso».
Snowden viajó a Rusia el domingo desde Hong Kong tras haber estado oculto desde que reveló el gran alcance de dos programas de espionaje contraterrorista de Estados Unidos altamente secretos. Los programas recabaron grandes cantidades de registros de llamadas telefónicas de estadounidenses e información de internet en todo el mundo, en nombre de la seguridad nacional.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, dijo el martes que si bien Estados Unidos no tiene un tratado de extradición con Rusia, desea que Moscú cumpla con las prácticas legales comunes entre países cuando se trata de fugitivos. Exhortó el lunes a Moscú a «hacer lo correcto» y entregar a Snowden.
La negativa de Putin para considerar la deportación de Snowden refleja la disposición del Kremlin para retar a Washington en un momento en que las relaciones entre ambos países son tensas con respecto a Siria y la decisión de las autoridades rusas de prohibir adopciones por parte de estadounidenses.
Una decisión del Kremlin de ofrecer refugio aunque sea temporal y tránsito libre a Snowden avergonzaría a Washington y pese a la negativa de Putin, los analistas creen que los servicios secretos rusos no dejarán pasar la oportunidad de interrogar al hombre que se cree posee gran cantidad de documentos secretos de Estados Unidos.
Putin comparó a Snowden con el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, que ha recibido asilo en la embajada ecuatoriana en Londres, al decir que ambos hombres han sido etiquetados como delincuentes pero se consideran a sí mismos activistas y defensores de la libertad de información.
«Pregúntense lo siguiente: ¿Debería gente como esta ser extraditada para que la metan a prisión o no?», cuestionó. «De cualquier manera, yo preferiría no hacerme cargo de tales asuntos. Es como rasurar a un lechón: Muchos chillidos y muy pocas cerdas».
En aparente referencia a las acusaciones de que Moscú podría haber jugado un papel en la salida de Snowden de Hong Kong, el presidente ruso dijo que la llegada del estadounidense a Rusia fue una «sorpresa total» y desestimó las acusaciones contra Rusia al considerarlas «disparates y puras tonterías».
«No necesita una visa ni ningún otro documento, como un pasajero en tránsito y tiene el derecho de comprar un boleto y viajar a donde le plazca», dijo Putin.
Foto: Archivo