Desde el pasado 9 de junio, Sergio Rodríguez estudiante de ingenería civil de la UCLA, inició la lucha en huelga de hambre por las reivindicaciones del sector universitario que hoy en día alcanza las 365 horas, a su lado, los jóvenes Edgar Alexis Cernicchaiaro, estudiante de ingenería electrónica de la Unexpo y Wilmer Torres, presidente del centro de estudiantes del núcleo Carora de la UCLA, se sumaron posteriormente a la justa.
Sin embargo, progresivamente su cuadro de salud empeora, tras la amenaza de cambios fisiológicos y metabólicos con consecuencias irreversibles que son comunes en los ayunos prolongados.
Guardias matutinas, vespertinas y nocturnas, cumplen estudiantes de medicina de la UCLA con el propósito de velar por la calidad de vida de sus compañeros. Aseguran que se sienten parte de la lucha.
Beatriz Machuca, pertenece a este grupo de jóvenes. Indica que constantemente mantiene comunicación con los estudiantes por si ocurre alguna alteración inesperada.
“Lo más preocupante es que sufran una falla renal, la cual posteriormente puede transformarse en una insuficiencia renal que perjudicaría el funcionamiento del riñón de por vida. Es por ello que constantemente apelamos a exámenes de sangre y llevamos una cronología de eventos sucedidos”.
Machuca, afirmó que el joven Wilmer Torres, es quien muestra debilidad ante la resistencia pasiva, debido a la inestabilidad en su glicemia.
Asimismo, constantemente un grupo de galenos está a cargo de la supervisión de los valores de los jóvenes con exámenes de hematología completa.
Rememoran lucha independentista
Sergio Rodríguez, declaró que la lucha de los jóvenes representa aquel sentimiento de libertad revivido en los héroes independentistas, el cual hace extensivo a los estudiantes de todas las casas de estudio del país. También, hizo un llamado al ejército venezolano a luchar por sus ideales.
“El Gobierno debe dejar de jugar al desgaste de la situación y responder a cada una de la solicitudes que hacemos los estudiantes universitarios.
La vida de futuros profesionales del país está en las manos de las decisiones que tomen. Hasta que Dios lo permita seguiremos bregando por una mejor educación en el país. Como venezolanos, es nuestro derecho exigirlo”.
Afirmó sentirse bien pese a los 5 kilos que ha rebajado en consecuencia a la huelga de hambre.