Sin tregua Mucho camisón pa’ Petra

En el tiempo que “El Ilegítimo” lleva encargado de la presidencia de la República, aún cuando está ejerciendo la primera magistratura desde el 8 de diciembre, cuando el difunto presidente leyó su testamento – conciente de que su regreso era improbable -, ha quedado en evidencia que el Gran Ausente dejó una pesada herencia de desatinos, que lograba ocultarlos con los abundantes petrodólares, sus habilidades histriónicas, su esquema autoritario y el liderazgo que tuvo sobre importantes sectores de la población.
Pero, además, en ese tiempo, también se ha puesto de bulto que el ungido no ha podido superar sus limitaciones de formación y preparación, su ausencia de liderazgo y de pegada social, necesarias en el difícil arte de manejar el poder. Su comportamiento y hechos, en casi 7 meses de gestión, deja mucho que desear, bajando a la categoría de “aprendiz de brujo”.
Con una notable influencia cubana hasta en el acentico de su dicción, no pareciera entender donde está parado, ni hacia dónde debe ir. Así quedó demostrado en el artificial impase con Colombia, por una visita, rutinaria y sin mayor significado a ese hermano país del líder de la Unidad Democrática: Henrique Capriles Radonsky, con la sensación que quiere dar de control sobre las FANB, apareciendo en actos diversos, acompañado de Diosdado – su principal contrincante interno, según el “sapo rojo” de Mario Silva – , curiosamente vestido de comandante, en algunos de ellos, cuando sólo llegó a teniente y por estar retirado no debe portar el uniforme; al igual que ocurre con supuestos planes de magnicidio, nunca develados y aparente y misteriosamente descubiertos por los cuerpo de inteligencia del régimen.
A todo esto se suma el agravamiento de la crisis económica y social, el incremento del endeudamiento, el altísimo costo de la vida, la dependencia de una economía de puertos para resolver el problema de la escasez, que al sustentarse en importaciones pagadas en dólares potencian la inflación, la caída del desarrollo económico y del aparato productivo nacional, las dificultades para poner al día las misiones, en especial la de la vivienda; el incremento de la conflictividad laboral y social, el deterioro creciente de todos los servicios públicos. Y paremos de contar…
“El Ilegítimo”, además de estar viendo reencarnaciones en “pajaritos preñaos” o imágenes del Gran Ausente reflejadas en nuestro sistema montañoso, está viendo, también, fantasmas golpistas por todos lados, hasta habló de una inoculación para envenenarlo progresivamente. No observa que los tiene con él. Diosdado le está imponiendo un discurso ultrarradical que cierra la posibilidad de diálogo y entendimiento y lo reduce a un universo, hacia el que no trascienda con luz propia y cuyo cordón umbilical depende de un gran clientelismo y de unas dádivas, que se le hacen cada vez más dificiles de conceder.
Tampoco ve con claridad el juego perverso y los intereses de los cubanos, siempre más sesgado a resolver sus propios problemas y el de la supervivencia de su “revolución”, que el de los otros, a los que tranquilamente pueden negociar, como ocurrió en la tricontinental de La Habana, en Enero de 1966, los movimientos insurreccionales y con la tesis guevarista de “crear, uno, dos, muchos Vietnam”, que quedó sepultada con su autor en La Higuera, Bolivia, el 9 de Octubre de 1967.
“Mucho camisón pa´Petra”. A Maduro el mundo se le viene encima, lo delicado es que tiene serias dificultades para salir del atolladero, y con amenazas, amedrentamientos o represión solo logrará hundirse más y hasta la bendición del Papa Francisco I en El Vaticano, puede quedar si efecto. Uno desearía que no fuera así, pero no deja ayudarse o sus adversarios internos de la “derecha endógena” no se lo permiten. Él solito, con su legión de aprendices, está cavando su propia sepultura política. Otro chacúmbele, pues, diría Teodoro.