La tensión política que se vive en el país sigue afectando el espectáculo, una industria que se ha levantado paulatinamente luego de un letargo tras la muerte del presidente Chávez. En esta ocasión, la víctima vuelve a ser la actriz Norkys Batista, quien vendrá a Barquisimeto el próximo sábado 29 de junio, por encima de cualquier amenaza.
Y es que ayer en la tarde se conoció que la función de Orgasmos prevista para realizarse en el auditorio Magdalena Seijas de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Upel), ha tenido que ser mudada de locación.
Art Show Productions, la empresa productora del evento, indicó que los colectivos estudiantiles afectos al gobierno, presionaron a las autoridades de la institución para que se cancelara su presentación, pese a las conversaciones sostenidas para llegar a un sano acuerdo.
Tras las amenazas de boicotear con hechos violentos en caso de que Norkys Batista llegara a la Upel con su equipo de trabajo, hubo que buscar, ayer mismo, un nuevo espacio que ofrezca seguridad para la artista y el público.
¡Se mudan!
Cumpliendo con los seguidores de la actriz, la función de Orgasmos se realizará el mismo sábado 29 de junio en el hotel Trinitarias Suites, donde serán válidas las mismas entradas adquiridas con anterioridad.
Quienes hayan adquirido sus boletos pueden aclarar cualquier duda comunicándose con Art Show Productions al 0416-1265574, mismo número telefónico que informará sobre los puntos de venta, puesto que aún hay entradas disponibles.
Presentaciones previas
Es de resaltar que no sería la primera vez que Norkys Batista se presenta en el auditorio de la Upel. En tres ocasiones anteriores, la actriz ha mostrado sus Orgasmos con un lleno total e insistentes aplausos del público que la ha seguido a lo largo de su carrera como actriz, desde su debut en Juana la virgen, en el año 2011.
Barquisimeto es la segunda ciudad en la que Batista tiene problemas para presentar su monólogo. Ya en Puerto La Cruz, días antes de los comicios presidenciales del pasado mes de abril, se le había impedido su derecho al trabajo en el Hotel Venetur.
Por esos mismos días de tensión política y social, le fue saboteada una función en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela, donde arrojaron bombas lacrimógenas afectando a unas dos mil personas que se encontraban en el recinto.