Tambores de la paz

Dicen que el egoísmo es más fuerte que el odio y de tal manera uno de los orígenes principales del salvajismo en el mundo. Las almendras que la generación narcisista sembró décadas atrás, han producido una sociedad de personas que sólo se preocupan por sí mismas. Muchas de ellas están dispuestas a hacer cualquier cosa sin importar lo cruel que pueda ser, con tal de obtener lo que quieren. Y esto no ocurre únicamente con individuos, sino también con naciones enteras.
Corea del Norte realizó el 12 de febrero, a dos días de la fecha de la amistad y el amor, su tercer ensayo nuclear de una potencia superior a los anteriores utilizando un artefacto “miniaturizado”, provocando de inmediato una oleada de condenas por parte de la comunidad internacional, incluyendo a China, su tradicional aliado.
La explosión fue una clara amenaza a la paz internacional y la seguridad, lo que hizo temer por una tercera guerra mundial luego de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama prometió una firme defensa de Corea del Sur.
¿Estuvo cerca ese conflicto?
Las noticias aterraban. El máximo mandatario de Corea del Norte , Kim Jong-un, ordenó la disposición técnica de «misiles estratégicos» para disparar y golpear en cualquier momento territorio de Estados Unidos, sus bases militares en el pacífico, y las de Corea del Sur “ en un ataque atómico sin piedad y una guerra sin cuartel».
La presencia de Kim Jong, joven “quijote” de 30 años de edad, llamado el “comandante brillante”, se había convertido en un volcán en erupción. Parecía que el estado de guerra contra su vecino Corea del Sur se había radicado en la lucha por la Península de Corea, un territorio en disputa desde el año 1950, luego de concluida la II Guerra. La principal amenaza para el mundo era la utilización de armas nucleares.
Después de que el hermético régimen comunista sorprendiera hace poco, desde la última campaña de amenazas bélicas que llevó a cabo entre marzo y abril, al instar al gobierno surcoreano retomar el diálogo para tratar la normalización de proyectos conjuntos, ha devuelto la tranquilidad al mundo.
Tenemos vocación profunda por la paz, y hablar de guerras es tenebroso si le echamos un vistazo al pasado.
La primera guerra mundial se inició en Europa en agosto de 1914 donde intervinieron naciones situadas en otros continentes. Por primera ocasión en la historia de la humanidad, una lucha armada incluía países muy alejados geográficamente, desenlace que dejó una secuela de cambios trascendentales que afectaron al mundo entero. Sin embargo, hasta antes de 1945 este fenómeno histórico fue conocido como la «Gran Guerra», y no sería hasta después de ocurrida la segunda cuando se hizo necesaria la distinción numérica secuencial entre ambos conflictos.
Ese trance bélico fue peor que cualquier otro en la historia hasta ese momento. En ella murieron más personas y se hizo más daño que nunca antes en un aprieto internacional. Las bajas de toda la guerra totalizaron más de 20 millones.
El ataque de la Alemania Nazi contra Polonia, comandada por Adolf Hitler dio inicio el primero de septiembre de 1939 a la segunda guerra mundial.
El criminal intentaba la creación de un gran imperio nuevo que le proporcionara una plaza valiosa en Europa oriental, y para ese cometido hegemónico la única salida era la conflagración.
El 29 de abril, Hitler se suicidó y los alemanes se rindieron el 7 de mayo de 1945. En agosto, la guerra en el pacifico terminó poco después de que Estados Unidos usara bombas atómicas en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, matando instantáneamente a 120 mil civiles. Japón se rindió formalmente el 2 de septiembre. Las hostilidades terminaron con aproximadamente 55 millones de muertos en el mundo.
Observadores señalan que con la tercera guerra mundial se entraría en un caos y desorden, aunque cuando esta culminara, la humanidad habría quedado literalmente destruida, sin religión, sin economía y sin nada.
El anuncio del retorno a la vía del diálogo en las relaciones intercoreanas ha sido recibido con optimismo en la comunidad internacional, y los países implicados en las estancadas negociaciones para la desnuclearización de Corea del Norte; la otra Corea, EE.UU, Japón, China y Rusia, han expresado su satisfacción.
Parece que la era de la brutalidad comienza a quedar en el olvido.
Que Dios bendiga al mundo.